Brasilia.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó este viernes que el gobierno redujo todo lo posible los gastos públicos en el proyecto de presupuesto para 2016 y que será necesario encontrar nuevas fuentes de ingresos para equilibrar las cuentas fiscales.

Reiteró que el gobierno ha optado por la transparencia al enviar el proyecto de presupuesto con una previsión de déficit de 30 mil 600 millones de reales (unos 8 mil millones de dólares), equivalentes a 0.5 por ciento del producto interno bruto.

En el presupuesto cortamos todo lo que se podía cortar. Pero quiero dejar claro que no cortamos los programas sociales, como Bolsa Familia, Mi Casa Mi Vida, ProUni, Más Médicos, la construcción de puestos de salud y las inversiones en carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, señaló en entrevista con un grupo de radiodifusores del interior.

La mandataria reconoció que habrá nuevas obras del Programa de Aceleración del Crecimiento sólo si hay más ingresos fiscales.

Las dificultades para requilibrar las cuentas públicas pusieron esta semana en duda la continuidad del ministro de Hacienda, Joaquim Levy, quien confirmó que continuará en el gabinete tras una reunión con la presidenta la tarde del jueves.

Según Rousseff, el gobierno quiere construir el proyecto de presupuesto con el Congreso, ya que el pronóstico de ingresos se redujo drásticamente a causa de la recesión que vive el país.

Tenemos que discutir nuevas fuentes de ingresos si queremos mantener la ley (de responsabilidad fiscal) y asegurar que el país no tenga un retroceso. Nosotros no queremos tener déficit (fiscal). Bien podemos discutir cómo conseguir los ingresos necesarios para no tener déficit, afirmó.

Negó que la actitud del gobierno represente una transferencia de la gestión fiscal al Legislativo, una de las principales críticas que enfrenta por haber enviado al Congreso un proyecto de presupuesto deficitario para 2016.

Ello significa que vamos a discutir con el Congreso y la sociedad, pero no a transferir la responsabilidad a nadie, destacó.

Rousseff dijo que el gobierno tiene hasta finales de año para encontrar nuevas fuentes de ingresos para equilibrar las cuentas de 2016, lo cual implica la posiblidad de crear nuevos impuestos.

Todavía tenemos dos meses más para hacerlo. Incluso puede llegar a finales de año. Este presupuesto es para el año que viene, indicó.

El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, dijo que ningún gobierno resiste tres años y medio –lo que resta al gobierno de Rousseff– con un respaldo popular como el que hoy tiene la mandataria, que ronda 8 por ciento, según un sondeo divulgado en agosto. Los escándalos de fraude en la estatal Petrobras y la crisis económica han hecho que la aprobación de la gobernante se desplome, apenas un año después de que fue relecta.

El fiscal general, Rodrigo Janot, presentó ayer una denuncia penal contra el diputado Arthur Lira y el senador Benedito de Lira, ambo del Partido Progresista, aliado del gobierno de Rousseff, por delitos de corrupción vinculados a Petrobras.