Luis Felipe Puente Espinosa, coordinador nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, dijo que para evitar afectaciones graves provocadas por fenómenos naturales es imprescindible que los ciudadanos tengan un plan de acción frente a la contingencia y aplicar cambios de conciencia social.

Por ejemplo, en las inundaciones ocurridas el jueves en algunas zonas del Distrito Federal lo que flotaba básicamente eran desperdicios. Miles de toneladas de basura que los ciudadanos tiramos porque pensamos que se las lleva el agua. No hay drenaje que aguante las miles de toneladas; este es un tema de cultura, subrayó.

Pero muchas veces –aseguró– nosotros, la sociedad, por no tener conciencia clara sufrimos un incidente como ése.

Recordemos que el valle de México es un molcajete; hay que bombear para sacar el agua. Llovió lo que no había llovido en muchos años en el centro del país. Debemos tener más conciencia, insistió.

Centro nacional, en mes y medio

Si bien esta situación requiere de corresponsabilidad de ciudadanos y autoridades, aún no entra en operación el centro nacional de emergencias, un punto único de monitoreo y comunicación de todas las instancias de gobierno, para temas de protección civil.

Si las condiciones de recursos están normales y el trabajo de las empresas viene a tiempo, en un mes, mes y medio, tendremos listo el centro nacional de comunicaciones, operando las 24 horas con tecnología de punta, aclaró.

En un balance en la materia, Puente Espinosa advirtió que la temporada de lluvias es inestable, abundante y, en general, todas las proyecciones tienden a modificarse debido al cambio climático. En el caso de México, podría haber lluvias incluso hasta enero. Se prevé más actividad en el Pacífico que en el Atlántico.

“Pero de que llueve, lloverá, y (la temporada) será más larga por el fenómeno de El Niño; en noviembre, diciembre y quizá enero seguiremos teniendo lluvias en la República Mexicana. Estamos notificando a todas las unidades de gobierno”, advirtió.

Reglas y sanciones

México tiene una ley general de protección civil, la cual prevé métodos de planeación y prevención en la materia. Igualmente incluye sanciones –como la privación de la libertad– para los funcionarios que autoricen construcciones en zonas de riesgo.

Sin embargo, no todas las entidades federativas han homologado sus normas a la ley general. Llevamos más de 60 por ciento de los estados que lograron cambiar su ley, para analizar reglamentos de construcción y vulnerabilidades de cada municipio, señaló.

La ley también incluye la obligatoriedad de construir atlas de riesgo. El coordinador nacional dijo que no sirve tener sólo esta herramienta: se requiere un monitoreo permanente de las situaciones particulares en cada área.

Estudio de capas tectónicas

En el caso de los sismos, se estudian modelos para diseñar políticas públicas para mejorar los reglamentos de construcción y analizar el comportamiento de las capas tectónicas que precede a los temblores.

En el Distrito Federal, zona de riesgo sísmico, los reglamentos de construcción fueron modificados después del terremoto de 1985.

El funcionario insistió en la necesidad de revisar los protocolos de construcción para tener inmuebles más seguros ante sismos y tormentas.

He pedido a la Secretaría de Protección del Distrito Federal un análisis de las condiciones de las construcciones; hay zonas del propio Distrito Federal donde los reglamentos de construcción muchas veces tienen una pérdida, donde de repente en zonas aledañas a las laderas hay asentamientos irregulares, comentó.

Para las casas y edificios de mayor antigüedad recomendó que los propios vecinos hagan la revisión de su vivienda para determinar la condición que guardan, solicitar a la autoridad delegacional apoyo para este trabajo y determinar qué arreglos podrían evitar un colapso en caso de sismo.

Pidió que cada familia o centro laboral tenga su plan de protección civil; por ejemplo, si es un edificio de más de 10 pisos, no se recomienda bajar al momento del movimiento, sino esperar a que éste pase.