Brasilia.

El gobierno brasileño aseguró que impondrá medidas de austeridad para poner orden en las cuentas públicas después de que la agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P) quitó a la deuda del país el grado de inversión.

La presidenta Dilma Rousseff convocó una reunión de emergencia del consejo de ministros para debatir medidas que permitan una reducción del déficit público y reciban el visto bueno del Congreso que hasta ahora ha sido reacio a aprobar medidas impopulares de ajuste.

El plan es elaborar algo en las dos próximas semanas con lo que podamos trabajar en el Congreso, dijo el ministro de Finanzas, Joaquim Levy, a la prensa. Refirió que las nuevas medidas combinarían recortes del gasto con subidas de impuestos. La rebaja en la calificación, que se produjo antes que lo esperado por el gobierno y los inversionistas, parece reforzar la posición de Levy.

Gabinete y Congreso se resisten a adoptar medidas de ajuste

El ministro ha sido el baluarte de la austeridad en el Ejecutivo pero su intención de aplicar mayores recortes de gasto para evitar el castigo de las agencias de crédito se ha encontrado con resistencias en el gabinete y el Congreso.

Por su parte, Rousseff, que ha recurrido a paquetes de estímulos económicos en varias ocasiones para impulsar la economía, cambió su mensaje el pasado jueves. La mandataria, que propuso hace poco un presupuesto para 2016 con un déficit, dijo que ahora está comprometida a lograr un superávit primario de 0.7 por ciento del producto interno bruto.

Levy también señaló que las nuevas medidas de ajuste ayudarían a Brasil, castigada por la caída de las materias primas en todo el mundo, a ajustar su economía a la ralentización del crecimiento y la demanda de China.

La estatal brasileña Petrobras, que en junio recortó su plan de inversión de cinco años en 40 por ciento, debería realizar nuevas reducciones, ya que un alza de sus costos de endeudamiento, la caída de los precios del petróleo y una devaluación del real lo han dejado obsoleto, dijeron dos fuentes.

La decisión de S&P de recortar esta semana la calificación de deuda de Brasil y quitarle el grado de inversión fue seguida por una decisión similar para Petrobras. La rebaja de calificación de S&P es la segunda en el año para la petrolera, después de que Moody’s tomó la misma decisión en febrero.

Fuentes de la compañía dijeron a Reuters que la rebaja de la calificación elevará el costo del refinanciamiento de la deuda de Petrobras, de más de 130 mil millones de dólares, y reducirá el capital disponible para exploración y producción.