Opinión
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40 Festival Internacional de Cine de Toronto
Bajo la sombra de Mr. Hitchcock
T

oronto. Aunque el TIFF escogió la película estadunidense Demolition, dirigida por el quebequense Jean-Marc Vallée para su función inaugural, uno ha preferido algo más seguro para abrir boca. El documental Hitchcock/Truffaut, del crítico Kent Jones, había sido estrenado en el festival de Cannes en su sección de clásicos y recibido elogios. Dado que uno se lo perdió allá, esta fue la ocasión de recuperarlo y de recuperar la admiración por la dupla titular de cineastas, cuya conversación en 1962 fue la base para la escritura de uno de los libros imprescindibles en el estudio del cine.

Autor de un estupendo documental sobre el productor Val Lewton, Jones rinde aquí tributo a pasajes del libro y recrea las circunstancias de la célebre entrevista, con las voces grabadas de Hitchcock, Truffaut y la traductora Helen Scott, además de fotos alusivas. Sin embargo, lo más interesante son las entrevistas a cineastas actuales –David Fincher, Wes Anderson, Kiyoshi Kurosawa, Richard Linklater– que siguen manifestando su admiración por quien fue uno de los autores más rotundos –y no me refiero al físico– en la historia del cine.

Desde luego, Martin Scorsese es quien da, con su memoria enciclopédica, los mejores testimonios de cómo el estilo personal de Hitchcock expresaba también un catálogo de temores, perversiones y obsesiones. Este es un documental de cinéfilo para cinéfilos… y Jones no facilita al novato la apreciación de las diversas escenas empleadas para ilustrar el genio de Hitchcock: no hay letreros que identifiquen las películas. Uno tiene del deber de conocerlas y de pescar la referencia al momento. Lo mismo sucede con las citas al cine de Truffaut, pues la entrevista resultó igual de elocuente para reflejar las preocupaciones del realizador francés. La proyección de Hitchcock/Truffaut debería ser obligatoria en todas las escuelas de cine.

Así como longeva fue la inspiración hitchcockiana, que abarcó desde el cine mudo hasta los años 70, así de corta ha sido la del director alemán Wim Wenders que, salvo sus documentales, desde los 90 no ha filmado un pie de celuloide que valga la pena. Su más reciente intentona, la coproducción internacional Every Thing Will Be Fine (Cada cosa saldrá bien) contradice su propio título con un anodino melodrama sobre un escritor –un somnoliento James Franco– que parece insensible a la pena después de haber atropellado accidentalmente a un niño.

Lastrada por diálogos banales, la película tantea los terrenos de la emoción reprimida, que depende de la cargada música de Alexandre Desplat para darnos la señal de que algo importante está ocurriendo. Wenders además recurre al gimmick de la tercera dimensión de manera gratuita. A diferencia de los hallazgos visuales que consiguió en el documental Pina (2011), aquí ni el 3D le sirve para darle falsa profundidad al asunto. El prematuro agotamiento creativo de Wenders es uno de los misterios más grandes de la expresión cinematográfica.

Por otro lado, la alusión a Truffaut también es apreciable en L’ombre des femmes (La sombra de las mujeres), la más reciente realización del parisino Philippe Garrel. Es un lugar común que los franceses parecen saber más del amor que nadie. La noción es discutible, pero nadie puede negar que su cine es el que mejor ha descrito los misteriosos procesos de amar y estar enamorado.

Filmada en glorioso blanco y negro y pantalla ancha, la película evoca a la Nueva Ola francesa y, en particular, a Truffaut al describir con sabiduría los vaivenes sentimentales de una pareja. Él le es infiel a ella, pero la mujer también resulta tener un amante, cosa que lo perturba. Garrel, auxiliado por una omnisciente voz en off y la sensible actuación de Clotilde Courau, expone las contradicciones e inseguridades de la sique masculina, que es capaz de exigir fidelidad mas no se atreve al compromiso.

Como el año anterior, se ha cerrado la muy transitada calle King para crear una zona peatonal y un aire de verbena popular en torno al TIFF. Pocos ciudadanos festejan tanto a su festival de cine como los habitantes de Toronto. Y ahora que está de aniversario, pues con más ganas.

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Twitter: @walyder