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Corbyn lleva al Parlamento de GB preguntas ciudadanas
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Jeremy Corbyn, nuevo dirigente del opositor Partido Laborista británico, rompió ayer la rutina parlamentaria al llevar preguntas de la población al debate en la Cámara de los Comunes. Indicó que en lugar de las seis preguntas tradicionales para la media hora de rendición de cuentas del primer ministro David Cameron, decidió solicitar a los ciudadanos sus inquietudes. Corbyn recibió 40 mil interrogantes y entre los temas más abordados estuvieron los altos precios de las viviendas y el sistema de saludFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 17 de septiembre de 2015, p. 23

Londres.

El nuevo dirigente del opositor Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, rompió este miércoles la rutina parlamentaria al llevar preguntas de la población al debate en la Cámara de los Comunes.

Corbyn indicó que en lugar de las seis preguntas tradicionales para la media hora de rendición de cuentas del primer ministro David Cameron, decidió buscar inquietudes de los ciudadanos.

Así, tras su petición por correo electrónico en ese sentido, recibió 40 mil preguntas, informó el dirigente laborista de 66 años al inicio del careo parlamentario que, afirmó, hasta ahora era demasiado teatral y alejado de la realidad.

En dos mil 500 casos, las interrogantes estuvieron relacionadas con los altos precios de las viviendas o de los alquileres y las exigencias de hacerlas más asequibles para la mayoría de la población, indicó la cadena pública de radio y televisión BBC.

Además, destacaron entre las preguntas las preocupaciones sobre el funcionamiento del Sistema Nacional de Salud, en medio de crecientes versiones de la prensa sobre su posible privatización.

En el debate, Corbyn expresó su orgullo por el gran número de personas que participó en las discusiones durante las primarias de su partido de mediados de agosto pasado a principios de este mes.

Cameron, quien el domingo advirtió sobre la supuesta amenaza del político laborista para la seguridad nacional, económica y de la sociedad en Reino Unido, debió reconocer su disposición a abordar con él temas, con independencia de las diferencias, cruciales para esta nación.

El nuevo dirigente del laborismosustituye en ese puesto a Edward Miliband, quien debió renunciar tras la derrota de ese partido en las elecciones generales del 7 de mayo pasado.

Desde el gobierno de Cameron continuó la campaña contra Corbyn. El ministro de Finanzas, George Osborne, dijo que si el opositor Partido Laborista bajo el comando de Corbyn llegara al poder destrozaría la economía británica con la emisión de billetes, un mayor nivel de endeudamiento e impuestos al ingreso.

Corbyn, quien obtuvo el control de su partido el sábado con el compromiso de oponerse a los recortes de gastos, nombró a un aliado de izquierda como su potencial ministro de Finanzas, marcando su intención de impulsar una agenda económica progresista.

En el corazón de la política económica de Corbyn está el alivio cuantitativo al pueblo, una propuesta de imprimir dinero para pagar inversiones en infraestructura como inmuebles y redes ferroviarias. El líder opositor británico también quiere renacionalizar los sectores de energía y trenes.

Osborne, quien actualmente se presenta como el principal candidato a suceder al primer ministro David Cameron como líder del Partido Conservador ante las elecciones del 2020, advirtió que las ideas de Corbyn minarían la independencia del Banco de Inglaterra y desharían el trabajo tanto de conservadores como de gobiernos laboristas anteriores.

Imprimir dinero para pagar el gasto público generaría inflación, dispararía los precios y minaría los aumentos de salarios en términos reales para los que muchos han trabajado muy duro, escribió el martes Osborne en el diario The Times.

El ministro calificó los planes de renacionalización de Corbyn como una política industrial literalmente de los 70.

Corbyn y su portavoz en materia de finanzas, John McDonnell, argumentaron que la emisión monetaria para pagar inversión en épocas de recesión sostendrá el crecimiento, algo que aseguran que no se logra recortando el gasto público.