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Penultimátum

Legislar en favor de la muerte asistida

E

l Poder Legislativo de California aprobó la ley que permite prescribir drogas para morir a aquellos enfermos terminales que lo soliciten conscientemente y que, además, tengan un pronóstico de vida menor a seis meses. Entrará en vigor si la firma el gobernador Jerry Brown, hombre religioso y prudente en asuntos morales que se ha cuidado de opinar sobre esta ley. Pero aún si decidiera vetarla, en California ha habido un cambio de actitud hacia la muerte asistida, pues en dos ocasiones la ciudadanía la había rechazado. En cambio es legal en los estados de Oregon, Washington, Montana y Vermont. Además, 70 por ciento de los estadunidenses están de acuerdo en que se permita en todo el país.

Sobre la muerte asistida, o digna, discute ahora el Parlamento de Gran Bretaña. Tiene el apoyo de la mayoría ciudadana, pero existe una división entre los legisladores, por lo que la dirigencia de los dos grandes partidos, el Laborista y el Conservador, dio plena libertad a sus integrantes para que voten según su saber y entender. El primer ministro David Cameron ha dicho no estar convencido del alcance de esa ley. Esto pese a que decenas de enfermos británicos viajan a Suiza a terminar con sus sufrimientos, pues allí se permite la muerte asistida.

En la división entre los legisladores y en las dudas de Cameron influye la oposición que alientan especialmente los dirigentes de las religiones católica, judía y musulmana. La encabeza el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby. Como en otras partes donde la ley fue aprobada, alientan a los creyentes a oponerse alegando que es una iniciativa que equivale al apoyo activo del suicidio y por ser una verdadera tragedia social. Los grupos más radicales sostienen que El Supremo Creador da la vida y es el único que puede decidir cuándo quitarla.

Pero otros dirigentes de la Iglesia anglicana son partidarios de aprobar la ley. Entre ellos destaca Desmond Tutu, arzobispo de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, premio Nobel de la Paz en 1984 y una de las personalidades más respetadas en el mundo. Aunque reconoce el respeto a la santidad de la vida, aclara que no debe sostenerse a cualquier precio. Y recuerda al respecto el sufrimiento innecesario que padeció en sus últimos meses de vida Nelson Mandela.

En ese mismo sentido se manifestó el prestigioso Real Colegio de Médicos. En carta a los legisladores afirma que la ley sería un alivio para muchos pacientes que sufren tremendamente en sus últimos días. Otro apoyo significativo es del físico Stephen Hawking. Escribió que si no tuviera ya nada que aportar a la sociedad, o si los dolores que le causa la esclerosis que padece se hicieran insoportables, no dudaría en poner fin dignamente a su vida.

También en México urge legislar en favor de la muerte asistida.