Tras la debacle electoral de junio pasado, el PRD comenzó ayer su décimo cuarto congreso nacional extraordinario, que tiene un costo de alrededor de 15 millones de pesos, con la intención de reconstruirse, pero sin que los propios perredistas tengan certeza de que se solucionarán sus principales problemas.

En sus proyectos de resolución no hay visos de modificar la política de alianzas que han establecido con el PAN y que le han causado retrocesos, como en Sinaloa, donde después de apoyar a Mario López Valdez para la gubernatura, el partido pasó de tercera a séptima fuerza electoral, informó Carlos Sotelo, dirigente de Patria Digna.

Sobre las corrientes se plantea, una vez más, que deben dejar de ser grupos de presión. La propuesta que se analizará y se aprobará es que las tribus se reconstruyan sobre nuevas bases y con ello evitar que sustituyan a los órganos institucionales de dirección del partido.

En cuanto a la renovación del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), la eventual llegada de Agustín Basave a la dirigencia aún es motivo de discusión. Un sector de Nueva Izquierda, que a más tardar en noviembre deberá dejar la presidencia del instituto político, le reprocha al académico no haber respaldado la candidatura de Jesús Zambrano a la coordinación del PRD en la Cámara de Diputados. Se inclinó por Guadalupe Acosta Naranjo.

La inauguración de Congreso Nacional del PRD tuvo lugar ayer por la tarde con retraso de seis horas, hasta que se pudo reunir el quórum. Estaba programado para el mediodía, pero el sistema de cómputo para registrar a delegados se cayó, mientras algunos dirigentes estaban en el Informe del jefe de Gobierno del Distrito Federal.

La apertura de la reunión en el Deportivo Plan Sexenal duró 11 minutos. No hubo declaración política ni posicionamiento de los dirigentes, sólo el anuncio del presidente del Consejo Nacional, Ángel Ávila, a 851 delegados presentes, de que comenzaban las mesas de trabajo.

Sin embargo, los perredistas no pudieron sesionar porque las carpas instaladas, bajo las cuales trabajarían, se inundaron por la intensa lluvia.

Los congresistas sesionarán este viernes, con documentos previamente consensuados por los líderes de las corrientes. En uno de ellos se perfila acotar la actuación de los coordinadores parlamentarios en los congresos estatales y el federal, ya que han actuado como si fueran autónomos del PRD, y en número importante se someten a los intereses de los gobiernos de partidos contrarios, tomando decisiones claramente antipopulares, lo que provoca un descredito social de la imagen pública de nuestro instituto.

También se plantea sustituir de inmediato a las direcciones estatales que han perdido autonomía y se han subordinado a los gobiernos locales. Esta restructuración se dará en las entidades donde el PRD obtuvo menos de 5 por ciento de la votación.

Respecto de la línea política del perredismo, la mayoría de los grupos se inclina por mantener las alianzas con el PAN, aunque en el discurso predomina privilegiar las más amplias coaliciones con las fuerzas progresistas y de izquierda.

En los corrillos del congreso se mencionó que a la reunión arribaron delegados de los estados donde habrá elecciones de gobernadores el próximo año, sólo para confirmar que pueden continuar explorando alianzas electorales con el blanquiazul.

Un tema más de disenso es la paridad de género. Mujeres de todas las expresiones reclaman que se aplique este principio en todos los cargos en disputa, pero los líderes de las corrientes no están de acuerdo. Defienden que la norma sólo se aplique para candidaturas a escala federal y estatal. No se contempla el ámbito municipal.

Por otro lado, Benito Mirón Lince anunció su aspiración a la presidencia del partido.