Sábado 19 de septiembre de 2015, p. a16
El nuevo disco del joven compositor germano-británico Max Richter es una canción de cuna que dura ocho horas y se trata de una música para ser escuchada mientras uno duerme. Se llama Sleep y es la sensación en iTunes, único sitio donde se puede conseguir ese álbum, debido a su duración, imposible de condensar en un cedé. Para quienes prefieran un formato tradicional, existe ahí mismo una versión que dura una hora y se titula exitosamente From Sleep (Desde el sueño, en lugar de Sleep, highlights
).
Se trata, en palabras del autor, de un experimento para demostrar las maneras en que la música interactúa con nuestros estados de conciencia, tema que domina la obra entera de Richter, autor que dio a conocer en México el Disquero: http://goo.gl/c8sove y un segundo volumen: http://goo.gl/6TQ3ip y dado el éxito apabullante, la disquera Deutsche Grammophon publicó una caja entera con todos los discos anteriores de Max Richter: http://goo.gl/5WxpCU
Con tal confianza en sí mismo, Richter lanza ahora un proyecto monumental, que muchos se apresuraron a calificar del primero en la historia
, pero en realidad no es así, pues ya John Cage (1912-1992) había realizado por lo menos dos conciertos que duraron toda la noche, donde el público podía mantenerse despierto o dormirse en su sleeping bag. El material de esos conciertos fue, el primero, con la obra Variations IV, una selección de lo que ocurre en el azar de cada hora entre las 7 de la noche y la una de la madrugada, con fragmentos de obras clásicas reconocibles, que reunió John Cage para su obra.
El segundo material fue una partitura fundacional de Erik Satie (1866-1925): Vexations, que sólo tiene 180 notas, dura 80 segundos pero en la parte superior de la única página de la obra dice: tóquese 180 veces
y así fue: una lista de 22 pianistas se turnaron durante las 18 horas que duró el concierto. Entre el público estaba Andy Warhol, quien inspirado en esa experiencia filmó después Empire, de ocho horas de duración. El 27 de mayo de 2007 ocurrió otra sesión que también duró toda la noche, esta vez se inició con la proyección del filme Sleep, que realizó Andy Warhol durante la primera sesión y entre la lista de pianistas estuvieron Gavin Bryars, Michael Nyman, Joshua Rifkin y Tania Chen.
Para el estreno del Sleep de Max Richter, regresando al tema, en lugar de sillas hubo camas para el público.
Escribió esta música luego de intensas sesiones con el neurocientífico David Eagleman, experto en sinestesia y seguidor de los trabajos fundacionales del maestro Oliver Sacks (http://goo.gl/V7zchf), máxima autoridad en temas de neurociencia, entre esos temas precisamente el que apasiona a Max Richter y a muchos melómanos: la manera en que escuchamos música, porque todos escuchamos la misma música de manera diferente.
¿En qué consiste Sleep, de Max Richter?
Su estructura obedece al formato clásico de tema y variaciones. Eso permite, explica Richter, conjugar las nociones de identidad, memoria y repetición. Los instrumentos que utiliza: el quinteto de cuerdas American Contemporary Music Ensemble (ACME), una soprano que emite sonidos sin palabras semejantes a los de un hada en medio del bosque, y Max Richter en piano, órgano y su ya clásico sintetizador Moog. Resultado: una experiencia fascinante.
He escuchado durante varios días despierto esta música y me produce siempre una sensación de flotar, una paz interior, me armoniza los sentidos, las ideas. Bienestar. Respecto de la experiencia de escuchar esta música mientras duermo, puedo decir que es fascinante antes de dormir y al despertar porque me induce sueño profundo.
Frente a la complejidad del arte y de la vida moderna, lamenta Richter, hemos perdido la capacidad de soñar, de imaginar, de valorar la fantasía, hemos perdido, dice, la capacidad de amar y de cantar una canción de cuna.
Para quienes necesitan referentes, podemos decir que la influencia mayor de Max Richter proviene de la polifonía isabelina y que en su obra Sleep podemos identificar los siguientes elementos: música ritual, ambient, música drone, white noise, gospel, canción de cuna, trance music, para conformar lo que las nuevas investigaciones musicológicas, así como el conocimiento budista denomina: un continuo. Un continuo de sonido, un continuo de conciencia. El fluir.
Escuchar despierto Sleep, de Max Richter, se acerca a la experiencia de la meditación budista.
Para referirse a esta obra singular, destinada a escuchar durante el sueño, Max Richter nos remite a una frase de Heráclito: even a soul submerged in sleep is hard at work and helps make something of the world
(aún sumergida en el sueño, el alma labora y ayuda a hacer un mundo mejor) y remata con un poema de Samuel Taylor Coleridge: What if you slept, and what if/ in your sleep you dreamed,/ and what if in your dreams/ you went to heaven and there/ you plucked a strange and/ beautiful flower, and what if/ when you awoke you/ had the flower in your hand?/ ah, what then? (¿Qué tal si te dormiste y qué tal si/ mientras dormiste soñaste/ y qué tal si en tu sueño/ llegaste al cielo y ahí/ cortaste una rara y/ hermosa flor, y qué tal si/ cuando despertaste/ tenías la flor en tu mano?/ ¿eh, qué tal?
Puedo decir, por último pero no a lo último, que anoche volví a escuchar Sleep, de Max Richter: Me quedé dormido escuchando Sleep. Cuando desperté, ocho horas después, tenía la flor en mi mano.