Luego de cinco fechas sin triunfo, Cruz Azul por fin vio la luz al final del túnel. Con un par de penales cobrados por Christian Giménez, el colero general venció 2-1 al líder Pumas, que llevaba cinco victorias consecutivas, y el técnico Sergio Bueno libró la quema.

Bajo un intenso calor se disputó la primera parte, en la que, pese al explosivo inicio de los motivados auriazules, La Máquina se puso arriba en el marcador tras una incursión al frente por el lado izquierdo del habilidoso Joao Rojas.

El jugador ecuatoriano rebasó a varios defensas, llegó hasta el área chica sin que nadie le estorbara, pero perdió ángulo de disparo y buscó dar servicio retrasado, cuando Josecarlos Van Rankin lo trabó y el silbante José Alfredo Peñaloza no titubeó: decretó la pena máxima.

El Chaco fue al cobro y definió correcto con tiro raso que se incrustó a la meta por el lado derecho de Alejandro Palacios, quien reapareció en el marco puma luego de superar una lesión. Era apenas el minuto cinco.

De bajo perfil resultó el festejo en el estadio Azul, invadido por mayoría de seguidores del conjunto universitario que entonaron goyas a placer y colmaron la cabecera sur.

Al 11 de acción Javier Cortés envió un cañonazo ante la meta defendida por José de Jesús Corona, pero el disparo pasó por encima del travesaño. Más tarde Ismael Sosa hizo otro intento; fue un tiro cruzado que pasó cerca del poste derecho.

Una falta cometida al minuto 41 por Lucas Silva derivó en el empate. Cortés midió perfecto y aprovechó la mala ubicación de la barrera para cobrar con maestría un tiro directo que entró al lado izquierdo de un Chuy Corona que se quedó anclado en su sitio.

Fue un golazo que hizo explotar las tribunas, donde se lanzaron algunas bengalas y emanó mucho humo de entre las barras visitantes.

Para la segunda parte el nervioso estratega local, Bueno, hizo su primer cambio. Sacó a Silva e ingresó a Rafael Baca, pero la primera gran oportunidad de este periodo fue de los auriazules: un remate que pegó en el poste. Resultó una emoción extra porque el árbitro central marcó posición adelantada.

Pese a mostrar otra actitud, pundonor y hambre, los Cementeros no conseguían mover el tablero. Sólo hubo un disparo de Omar Mendoza de larga distancia que zumbó por encima del larguero.

Bueno sufría en su área técnica hasta que al 63 sacó a Matías Vuoso y mandó a la cancha a Antonio Pedroza.

Al 66 el defensa felino Gerardo Alcoba cometió carga sobre Fabio Silva. Peñaloza marcó penal y de nuevo Giménez se plantó en el manchón y desde los 11 pasos disparó con sangre fría; engañó al Pikolín Dos y clavó la pelota al lado derecho.

El Chaco encendió a la deprimida tribuna local, que por fin estalló al grito de ¡Azul, azul! con el 2-1. Los celestes estuvieron cerca del tercer tanto cuando Pedroza recorrió el carril derecho e hizo un buen tiro que Palacios desvió en certero lance.

Después de una gran aproximación de Eduardo Herrera, el entrenador visitante, Guillermo Vázquez, relevó a Fidel Martínez e ingresó a Daniel Ludueña (75), después metió a Dante López por Alejandro Castro (80).

Redondeó sus cambios con la salida de Matías Britos, quien hizo un gran berrinche y protestó las marcaciones del silbante. Su lugar lo ocupó Alan Acosta (85).

El equipo de la UNAM se volcó al frente, dolido, enojado ante la perspectiva de ver rota su excelente racha. La otra cara de la moneda era la de los celestes, que defendieron como leones su ansiado triunfo y dieron por fin una alegría a su sufrida afición.

Memo Vázquez reconoció que “nuestro juego no fue el que veníamos haciendo, habríamos querido llegar más al frente, no pudimos, pero fue un partido parejo... La diferencia fueron los dos penales que nos marcaron.

“No haré polémica porque no me conviene, pero imaginarás lo que pienso del arbitraje, no puedo expresarme como quisiera… cualquier cosa que digas puede ser (usada) en tu contra.”

Incluso dijo que entendía a sus jugadores que estaban molestos con el silbante: Traté de calmarlos, pero ya van dos veces que nos toca Peñaloza. Veré el video y decidiré si vale la pena (protestar).

Bueno rompió la costumbre de no hablar cuando gana. Acudió a la rueda de prensa y dijo que pese a la victoria seguirá siendo cuestionado hasta que se revierta la situación: “Es un resultado que buscábamos desde hace muchas jornadas, se nos había resistido.

“En efecto, había mucha intranquilidad por no dar estos encuentros. De sencillo no tuvo nada, fue un partido complicado por las circunstancias y el triunfo es un bálsamo para todos.

Esperamos que regrese la confianza, la tranquilidad, el ánimo. Aunque debo manifestar que el equipo trabaja bastante bien, sólo que habíamos corrido con mala suerte.