Con la participación de 6 millones de personas se llevó a cabo el magno simulacro con el que se recordó el sismo que sacudió la ciudad de México en 1985 y causó grandes daños. A 30 años del terremoto, por primera vez se ensayaron los protocolos de colaboración entre los gobiernos federal y local, que incluyó la disposición de 13 mil 700 elementos de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, y de la Policía Federal.

El mandatario capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, resaltó que el ejercicio permitió establecer los procedimientos de coordinación con las autoridades federales que, reconoció, no se tenía más que en documentos, lo que permite contar con las capacidades para atender una emergencia en la ciudad de México.

De esta forma, señaló, en caso de una emergencia como ésa, la capital del país contaría con personal de las dependencias citadas para coadyuvar en las labores de atención y apoyo a los víctimas, con el mando de la operación a cargo del jefe de Gobierno, pero, aclaró, sin menoscabar que de acuerdo con el lugar donde se encuentre, el presidente de la República tiene el mando de las fuerzas de seguridad.

En conferencia de prensa, en el Centro de Atención a Emergencias y Protección Ciudadana, conocido como C4, destacó que en el magno simulacro, además de las fuerzas federales, participaron 25 mil elementos de los cuerpos de emergencia local, fueron evacuados más de 16 mil edificios, entre públicos y privados.

Indicó que el sistema de altavoces de las 8 mil 200 cámaras de seguridad de la ciudad funcionó en su totalidad al emitir la alerta sísmica, por lo que ahora será utilizado para advertir en caso de sismos, y en adelante su activación dejaría de ser parte de un simulacro.

El coordinador nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, Luis Felipe Puente, señaló que el macrosimulacro fue un parteaguas en cuanto a reacción de autoridades y particulares. Pidió, sin embargo, que cada ciudadano diseñe su plan personal o familiar ante una contingencia, porque la prevención es un asunto cultural.

México es un país vulnerable ante desastres naturales, por lo que todos sus habitantes deben ser corresponsables en la prevención y el trabajo diario, afirmó.

Puente añadió que en México existe una cultura de protección civil. Según el reporte de Gobernación, los ciudadanos se pusieron en acción al escuchar la alerta sísmica, dentro de su protocolo personal de actuación.

Los gobiernos de los estados y de la ciudad de México estamos preparados para enfrentar la atención a un fenómeno natural; pero cuando éste llegue, la ciudadanía tiene qué activar su propio plan de protección civil para salvaguardar su vida, subrayó.

Asimismo, prometió que los ejercicios de prevención continuarán día con día. También resaltó que son los medios de comunicación el brazo más fuerte de la protección civil mexicana.