Beremend, Hungría.

Miles de refugiados avanzaban este domingo hacia Austria y Europa occidental en autobús, tren o a pie, atravesando Croacia, Hungría y Eslovenia para escapar de la guerra y la pobreza, mientras otros murieron tratando de cruzar el Mediterráneo.

El secretario estadunidense de Estado, John Kerry, dijo durante una visita a Berlín que su país prevé acoger en 2016 a 85 mil refugiados (incluidos 10 mil sirios) y a otros 100 mil, en 2017.

Tras entrevistarse con su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, Kerry saludó el comportamiento de Alemania ante la crisis migratoria que golpea al continente europeo, al considerarlo un ejemplo notable. Berlín espera acoger entre 800 mil y un millón de solicitantes de asilo de aquí hasta fin de año.

El jefe de la diplomacia estadunidense dijo que a su país le gustaría recibir a más pero se ve limitado por regulaciones de seguridad adoptadas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, y añadió que el temor a la llegada de yihadistas ultra radicales por esta vía ocupa un lugar central en el debate político estadunidense.

Kerry también subrayó que la resolución de la guerra en Siria es esencial para solucionar la crisis migratoria en Europa, que ha visto afluir en estos últimos meses centenares de miles de personas que huyen del conflicto y la miseria, entre ellos muchos sirios empujados por un sentimiento de desesperanza.

Afirmó que el apoyo militar de Rusia al gobierno de Bashar al Assad podría agravar aún más la situación. Steinmeier y yo estamos de acuerdo en que un apoyo militar sostenido al régimen por parte de Rusia o de cualquier otro país podría atraer a más extremistas y fortalecer a Al Assad, y sería un obstáculo en el camino para una solución, destacó. Estados Unidos lidera una coalición internacional que combate al grupo yihadista Estado Islámico en Irak y Siria.

El incesante flujo migratorio eleva la presión sobre la Unión Europea, cuyos dirigentes se reúnen el miércoles en Bruselas para intentar superar sus profundas divisiones.

Entre sábado y domingo llegaron a Austria 11 mil refugiados, indicó el Ministerio del Interior. La mayoría cruzó a través de la frontera con Hungría, y unos 7 mil siguen en la localidad de Nickelsdorf. Otros migrantes cruzaron a pie la frontera con Eslovenia hacia el estado austriaco de Styria, precisó.

Hungría reabrió este domingo la frontera con Serbia en el puesto de Röszke, donde el miércoles hubo enfrentamientos entre la policía y los refugiados.

El flujo de migrantes que ingresa en Croacia desde Serbia sigue siendo importante. Zagreb ha contabilizado 21 mil entradas desde el miércoles. La mayoría pasan por el puesto fronterizo de Tovarnik, de donde son llevados en tren y autobús hacia la frontera húngara, a las localidades de Beremend y Letenye.

Pese a las disputas entre Croacia y Hungría, la realidad en el terreno muestra un sistema particularmente eficaz de cooperación entre ambos. El sábado por la noche, por ejemplo, en el paso fronterizo croata-húngaro de Baranjsko Petrovo Selo-Beremend, en el noreste de Croacia, 11 autobuses croatas condujeron a unos 600 migrantes sin problemas.

En otros puestos fronterizos de Croacia, unos 700 migrantes esperaban este domingo entrar a Eslovenia. En uno de ellos, en Bregana, las familias tenían prioridad pero la gente hacía todo lo posible para pasar a empujones.

En Belgrado, capital serbia, cientos de homosexuales y defensores de los derechos humanos que participaban en un evento por el orgullo homosexual en Serbia llamaron a la solidaridad con los refugiados.

En el sur del continente los refugiados aún intentan llegar a la Unión Europea y este domingo 13 personas, de ellas seis niños, murieron en la costa de Turquía tras la colisión de un ferry y de un barco que se dirigía hacia Grecia. Guardacostas griegos salvaron a 22 de ese naufragio.

La armada italiana dijo que rescató a 250 personas, después de hacerlo el sábado con más de 4 mil 500. Otras 215 personas fueron rescatadas este domingo por los guardacostas libios que auxiliaron a dos barcos.