Acude a inauguración de nuevas instalaciones del Sismológico
Martes 22 de septiembre de 2015, p. 16
La escritora Elena Poniatowska tomó la palabra y trajo a la memoria de los asistentes –y a la imaginación de los más jóvenes– lo que se vivió las horas y días subsecuentes a la tragedia del 19 de septiembre de 1985.
“En medio de una nube de polvo que enceguecía y raspaba, aparecieron los mexicanos más pobres, vaciaron las tlapalerías de picos, palas y lámparas de mano y empezaron a escarbar. ‘A ver, compadrito, por dónde dice usted que pasaba su mujer para ir al pan, venga, vamos a escarbar y le juro que la sacamos con vida’. El gobierno apareció después; fue la gente común, la que iba pasando por la calle, la que hizo largas y fuertes cadenas de brazos para sacar vidas entre los escombros.”
La ganadora del Premio Cervantes participó en la inauguración del nuevo centro de monitoreo del Servicio Sismológico Nacional (SSN), dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la que no dejó pasar la oportunidad para recordar a todos aquellos que fueron marcados por esa tragedia.
Con toda razón Carlos Monsiváis, al analizar la acción épica del jueves 19 de septiembre, dijo que la ciudad de México conoció una toma de poderes de las más nobles de la historia, que trascendió con mucho los límites de la mera solidaridad. Fue la conversión de un pueblo en gobierno y del desorden oficial en orden civil
, remarcó la escritora.
Ante investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM –al que está adscrito el SSN–, el rector José Narro Robles, colaboradores del Sismológico y otros integrantes de la comunidad universitaria, Poniatowska celebró que con estas nuevas instalaciones –construidas en tiempo récord
de 10 meses, señaló el rector– se pueda realizar investigación de vanguardia para comprender a la tierra y así generar una cultura de prevención y reducción de riesgos.
“A todas luces lo mejor que tenemos en México es la Universidad, donde se dan nuestros vínculos de pertenencia y de apoyo mutuo (…) Hoy en esta nueva construcción del SSN, que es responsable del monitoreo sísmico del país, que puede advertir lo que sucede dentro de la tierra en diferentes puntos de la República mexicana, nos felicitamos y nos abrazamos, porque este nuevo edificio sismológico presagia también la posibilidad de otro monitoreo, el del cerebro, el corazón y la voluntad de los mexicanos que buscan un futuro más justo, donde todos tengamos acceso a la única salvación posible, la que nos brinda el saber, la de las aulas escolares”.
El rector Narro Robles destacó por su parte que con esta nueva instalación se podrá mejorar la labor del SSN y con ello la UNAM cumple con su compromiso con la sociedad, a la que le brindará un mejor servicio.
Aquí hemos podido dar muestras reiteradas de la capacidad que tienen nuestros académicos, investigadores, profesores y técnicos académicos para cumplir con una encomienda fundamental.
Recordó que en 1929, tras la obtención de la autonomía universitaria, las autoridades federales también dieron a la UNAM una serie de servicios nacionales para su custodia y desarrollo: la Biblioteca, la Hemeroteca, el Observatorio y el Servicio Sismológico nacionales. Y esto nos ha traído, al país en primer lugar y también a la Universidad, grandes beneficios. Fueron decisiones que no sé qué tanto se pensaron, pero tampoco tengo duda de que fueron absolutamente acertadas
.
El coordinador de Investigación Científica, Carlos Arámburo de la Hoz, resaltó que con las nuevas instalaciones, desarrolladas mediante inversión conjunta entre el Fondo de Desastres Naturales y la UNAM, se amplía aproximadamente seis veces el espacio que ocupaba el SSN, se moderniza su equipamiento y se potencia su capacidad de monitoreo sísmico, de investigación y formación de profesionales especializados.
Al finalizar el acto se realizó un recorrido por el nuevo edificio de dos niveles, que cuenta con tecnología que permite detectar en tiempo real la magnitud y el origen de los movimientos telúricos. Cada uno de los colaboradores del SSN daba una pequeña explicación al rector y al resto de la comitiva sobre las funciones que se realizarán en el nuevo espacio.
Cuando algún despistado se jactó de que los temblores no se sienten en Ciudad Universitaria
, el rector recordó que en la réplica del 20 de septiembre de 1985, cuando él era secretario general de la institución, el movimiento en la torre de Rectoría fue tal que uno de sus colaboradores de entonces se quería lanzar desde el edificio.