os días 25, 26 y 27 de este mes se discutirán y aprobarán los 17 objetivos de desarrollo sustentable (ODS) en la ONU. Luego de quince años de trabajos para alcanzar los ocho objetivos de desarrollo del milenio (ODM) se lograron resultados alentadores, como la disminución de la pobreza mundial, que más niñas y niños reciban enseñanza primaria, la reducción de la mortalidad infantil, el aumento en el acceso a agua potable y millones de vidas salvadas en la lucha contra la malaria, SIDA y tuberculosis. Sin embargo estos logros resultan insuficientes.
Aprovechando este esfuerzo de acciones globales coordinadas, la ONU se ha propuesto una agenda de trabajo global que propone un ambicioso programa de largo plazo (los ODS) para mejorar la vida de las personas y proteger al planeta para las próximas generaciones. Los ODS son los siguientes: erradicar la pobreza en todas sus formas y en todos los países; terminar con el hambre, alcanzando seguridad alimentaria, mejorando la nutrición, promoviendo la sustentabilidad de la agricultura; asegurar vidas sanas y mejorar el bienestar; asegurar una educación incluyente y de calidad; alcanzar la igualdad de generar y empoderar a mujeres y niñas; asegurar la disponibilidad y el manejo sustentable del agua y la sanidad para todos; asegurar el acceso a energía sustentable y pagable para todos; promover un crecimiento económico incluyente y sustentable con trabajo decente pata todos; construir infraestructura que promueva una industrialización sustentable e incluyente; reducir la desigualdad entre países y en los países; hacer que las ciudades sea incluyentes, seguras y sustentables; asegurar patrones de consumo y producción sustentables; combatir urgentemente el cambio climático y sus consecuencias; conservar y hacer sustentable el uso de océanos, mares y recursos marinos; promover la sustentabilidad de los ecosistemas; promover sociedades para el desarrollo sustentable pacíficas e incluyentes; y revitalizar la sociedad global para el desarrollo sustentable.
Para cada uno de estos objetivos se proponen metas cuantificables y, por tanto, medibles. De modo tal que es posible dar seguimiento al avance en la consecución de estos propósitos básicos. Se trata, en consecuencia, de que las sociedades pueden llamar a cuentas a sus gobiernos y exigir que haya esfuerzos reales para cumplir los compromisos adoptados. El gobierno federal, representado por Peña Nieto asistirá a esta importante reunión de Jefes de estado y firmará los ODS. El gobierno de México participara de este gran esfuerzo mundial. Toca a la sociedad mexicana examinar si hay verdadera disposición gubernamental para cumplir o si, por el contrario, se dejará a las fuerzas del mercado a que actúen y se perpetúen las condiciones de pobreza y desigualdad en las que hemos vivido durante muchos años.
Si concentramos la atención en solo dos objetivos, y en unas cuantas metas, podremos apreciar esa disponibilidad del gobierno mexicano a cumplir estos compromisos. El primer objetivo, erradicar la pobreza, entre otras metas, plantea que para 2030 ninguna persona en el mundo viva con menos de 1.25 dólares al día y se reduzca a menos de la mitad la proporción de personas de todas las edades viviendo en pobreza, definida en cualquiera de sus dimensiones de acuerdo con definiciones nacionales, que en el caso mexicano serían rezago educativo, acceso a los servicios de salud y seguridad social, carencia de vivienda y de servicios básicos en la vivienda, carencia alimenticia y de ingreso. El objetivo diez de los ODS propone reducir la desigualdad estableciendo que para 2030 debe lograrse un incremento sostenido del ingreso del 40 por ciento más pobre en cada país, de modo que su tasa de crecimiento sea mayor que la del promedio nacional.
El gobierno de Peña Nieto este mes ha planteado su visión de lo que será el segundo trienio de su administración y presentó su planteo de política económica para 2016. En el mensaje presidencial del 1 de septiembre expuso las diez medidas que concentrarán sus acciones, de las que solo dos se ocupan de la pobreza y la desigualdad. La tercera medida se propuso impulsar el desarrollo de las regiones con mayor rezago, para lo que enviará la iniciativa de Ley de Zonas Económicas Especiales. La cuarta planteó apoyar actividades productivas en zonas rurales marginadas para lo que se creará un nuevo Programa de Apoyo a Pequeños productores. Los Criterios Generales de Política Económica para 2016 señalan que crecerá el empleo formal y aumentará el salario real, porque la confianza de los consumidores y de las empresas mejorará.
No hay propuestas claras, medibles y comprobables, que le permitan a la sociedad reconocer los avances en la reducción de la pobreza y la desigualdad. La firma de México en la ONU este fin de semana no implicará que el gobierno este decidido a actuar para erradicar la pobreza y reducir la desigualdad. Mucho menos estará interesado en ofrecer metas cuantificables para que socialmente se compruebe su cumplimiento.