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En el cajón del olvido, proyecto cultural para el cine Variedades

El predio fue expropiado en la gestión de López Obrador, señala Suárez del Real

Ebrard anunció que sería restaurado y dedicado al pintor Ricardo Martínez

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De lo que fue la Casa Haghenbeck y después cine hoy sólo queda el cascarón. Aquí, vista de la fachada porfirianaFoto María Meléndrez
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El cine Variedades en sus años de gloria, en una imagen de los años setentaFoto tomada de Internet
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de septiembre de 2015, p. 37

Lejos de sus años de gloria, cuando congregaba a las familias capitalinas para ver los estrenos cinematográficos, el inmueble que albergó el cine Variedades, sobre la avenida Juárez, frente a la Alameda Central, se encuentra en ruinas y en el olvido por las autoridades de cultura de la ciudad de México.

Expropiado en la gestión de Andrés Manuel López Obrador, el edificio de tres niveles, que en sus orígenes funcionó como casa de la familia Haghenbeck, iba a ser un centro cultural dedicado al pintor Ricardo Martínez, según se anunció en el gobierno de Marcelo Ebrard, pero de su restauración y de dicho proyecto nadie se ha ocupado.

El diputado local de Morena Alfonso Suárez del Real señaló que desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) buscará que se retome esa iniciativa y se aporten recursos para tal fin.

En entrevista, indicó que en 2003, cuando fungió como jefe delegacional sustituto de la Cuauhtémoc, se determinó, junto con el gobierno central, la expropiación del inmueble, ubicado en el número 58 de la avenida Juárez, ante el riesgo de que se derrumbara por el peso de los equipos del ex cine.

Las instalaciones del aire acondicionado y los pesados proyectores de aquella época estaban sostenidos con vigas de metal, ya oxidado, lo que implicaba un altísimo riesgo, porque pegado al galerón había un estacionamiento muy concurrido de oficinistas. Se intentó con la fundación Haghenbeck resolver este problema, pero no tenían recursos, por lo que finalmente se adquirió para ser destinado para uso de bien común, refirió.

Del inmueble se supo otra vez a mediados de 2011, cuando la entonces secretaria de Cultura del gobierno capitalino Elena Cepeda anunció que ya se encontraban listos los permisos y el diseño arquitectónico para hacer de este sitio un centro cultural, que sería dedicado al artista plástico Ricardo Martínez.

El compromiso, entonces, fue de que un año después sería inaugurado, para lo cual se requeriría de un presupuesto de 40 millones de pesos. Sin embargo, concluyó dicha gestión sin iniciar siquiera el proyecto.

En marzo de 2013, el presidente de la comisión de Cultura de la ALDF, Fernando Mercado Guaida, alertó sobre la intención de las autoridades de vender el edificio, que data del siglo XIX, a la empresa que desarrolló Puerta Alameda, un complejo habitacional aledaño.

En la actualidad sólo queda el cascarón del inmueble, que luce con los vidrios de las ventanas rotos y con tapiales en la parte baja, donde se localizaban los locales comerciales. La hierba crece sobre sus cornisas y en su interior se observa un techo de láminas.