Miércoles 30 de septiembre de 2015, p. 5
Luxor.
Frente a los majestuosos frescos de la tumba de Tutankamón, el arqueólogo británico Nicholas Reeves defiende con ahínco su teoría: la bella Nefertiti, figura fundamental del Antiguo Egipto, está enterrada allí, en una cámara secreta del hipogeo del faraón.
Hasta ahora, los arqueólogos no han hallado la momia de esta reina de belleza legendaria, que ejerció un papel político y religioso determinante en el siglo XIV aC.
Nefertiti fue esposa de Akenatón, faraón que convirtió temporalmente el Antiguo Egipto al monoteísmo, imponiendo el culto exclusivo al Dios Sol, Atón.
Reeves llegó a Luxor para dilucidar el enigma de su paradero. Según su teoría, que da mucho que hablar en la prensa y las redes sociales, Nefertiti habría sido enterrada en una cámara contigua a la tumba del faraón Tutankamón, hijo de Akenatón.
La clave está en la muerte inesperada
del joven faraón, a los 19 años, explicó el lunes este egiptólogo en la entrada de la tumba, en el corazón del Valle de los Reyes en Luxor.
A falta de una tumba disponible para Tutankamón, los clérigos decidieron abrir la de Nefertiti, fallecida 10 años atrás, para inhumarlo allí, según Reeves.
En la cámara funeraria, a unos pasos de la momia ennegrecida del rey fallecido en 1324 aC, tras un corto reinado de nueve años, el arqueólogo señala un fresco que representa a Tutankamón y a su sucesor, Ay.
El ministro egipcio de Antigüedades, Mamdu al Damati, rodeado de egiptólogos y responsables públicos, escucha con atención a este experto de la Universidad de Arizona.
Acto seguido, examinan los planos de Reeves, colocados sobre el cristal que protege el sarcófago en cuarcita rosa, imponente en el centro de la pieza.
Puertas secretas
Según Reeves, los murales de esta cámara funeraria podrían disimular dos puertas, cuya existencia jamás había sido sospechada. Una podría llevar hacia una cámara funeraria inviolada del propietario original de la tumba: Nefertiti
. La otra conduciría a una cámara de almacenamiento inexplorada
que dataría al parecer
de la era de Tutankamón.
Es una teoría muy buena, pero las mejores teorías no siempre funcionan
, afirma el arqueólogo. Vale la pena comprobarlo porque se puede hacer sin provocar daños
, agrega.
Reeves cuenta con utilizar un radar que llegará de Japón, para sondear las paredes.