Miércoles 30 de septiembre de 2015, p. 18
El actual salario mínimo general en México –aunque fue homologado en 70.10 pesos diarios– aún es sumamente bajo, está muy devaluado y es el menor entre los países industrializados e incluso de América Latina. Esta remuneración, que perciben cerca de 6 millones de trabajadores, apenas alcanza para adquirir cerca de una tercera parte de una canasta básica alimentaria.
Para el Observatorio del Salario de la Universidad Iberoamericana de Puebla, el actual salario mínimo es insuficiente para que los trabajadores pudieran acceder a una canasta básica alimentaria, mucho menos para satisfacer necesidades de salud, educación, transporte y otros requerimientos de una familia media.
Según ese centro de investigación, la mínima remuneración que deberían tener los trabajadores mexicanos para poder acceder a los alimentos básicos, tendría que ser de al menos 6 mil 563 pesos mensuales, frente al actual salario mínimo, que significa en términos reales 2 mil 103 pesos, un tercio de lo requerido.
De acuerdo con el Observatorio, el minisalario perdió entre 1976 y 2014, casi 80 por ciento de poder adquisitivo. En ese plazo –particularmente entre 1984 y 2002– casi 62 por ciento de los trabajadores no alcanzó el ingreso mínimo para cubrir las necesidades alimentarias de su familia. Cifra que se eleva significativamente en 2012, cuando 76.5 por ciento de la masa laboral no alcanzó este ingreso.
Producto de las bajas remuneraciones son, desde el punto de vista de este centro que dirige Miguel Reyes Hernández y en que participan expertos, que el sector de los trabajadores presenta cada vez más estancamiento en sus niveles de vida promedio y baja movilidad social.
Asimismo, se ha recrudecido la alta concentración de recursos económicos y financieros en pocas manos, mientras la clase con mayor incidencia en pobreza permanente son precisamente los trabajadores.
Medida insuficiente
Mientras, Ricardo Anaya, líder del PAN, consideró ayer insuficiente la homologación del salario mínimo para que la familia de un trabajador cubra sus necesidades básicas, si bien la medida es un paso en la dirección correcta.
Resaltó que ningún país de la OCDE tiene un ingreso mínimo más bajo que México; y la diferencia con los estados que ocupan los últimos lugares es enorme. Chile y la República Checa, dijo, tienen una percepción casi cinco veces mayor que nuestro país.