El 37% presenta adicción a la comida y 66% sufre ansiedad
Resultados pobresen tratamiento de obesidad en niños y adolescentes
Miércoles 30 de septiembre de 2015, p. 39
Los tratamientos clínicos dirigidos a niños y adolescentes para que bajen de peso tienen resultados pobres
, pues aunque en lo inmediato todos logran disminuir su talla, sólo 22 por ciento se coloca en rangos por debajo de la obesidad; y de éstos, un año después, únicamente seis por ciento se mantiene en ese nivel.
Especialistas del Hospital infantil de México Federico Gómez encontraron una explicación: 37 por ciento presenta adicción a la comida.
Estos niños y adolescentes no pueden controlar sus impulsos a la hora de comer, aunque saben que no está bien y que el exceso en el consumo es malo por los daños que pueden sufrir en su salud. Además, 66 por ciento padece ansiedad y la mitad presenta síntomas de conducta obsesivo-compulsiva.
Así lo encontraron los expertos del Departamento de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica en la investigación que llevan a cabo con pacientes de la Clínica de Obesidad del nosocomio.
Salvador Villalpando, jefe del área, explicó que ante los magros resultados a largo plazo de los tratamientos para bajar de peso los llevó a buscar la explicación.
Es un asunto grave, porque el sobrepeso y obesidad afecta en México a una tercera parte de niños y adolescentes. Principalmente los que viven con obesidad tienen una probabilidad cinco veces más alta de mantenerse en esa condición en la edad adulta, lo que a su vez, como se sabe, está ligado directamente con el desarrollo de otras enfermedades como diabetes, hipertensión arterial y afecciones cardiovasculares.
El especialista comentó que la clínica de Obesidad del HIMFG recibe 400 nuevos pacientes cada año. De éstos se ha dado seguimiento durante los pasados ocho meses a 26 niños obesos entre 10 y 15 años.
Si bien todavía es una muestra pequeña, los datos que han aportado son significativos.
A estos niños se les ha dado una atención integral, lo que incluyó la obtención de imágenes de resonancia magnética, donde se observó que en el cerebro de estos pacientes se enciende
el centro de impulsividad como ocurre en las personas que consumen sustancias legales o ilícitas.
María José Adame, adscrita al Departamento de Psiquiatría del HIMFG, comentó que como en el caso de los adictos a sustancias, los niños con falla en su control de impulsos, viven el síndrome de abstinencia cuando dejan de comer como acostumbran, por lo que requieren apoyo especializado.
Indicó, asimismo, que ni los pacientes ni sus familias sabían que con un manejo sicológico cognitivo y emocional podrían controlar su ansiedad y bajar su peso corporal.
Otro hallazgo es que los niños con obesidad no tienen predilección por un tipo de alimento en particular. Comen indistintamente productos sanos o sin ningún aporte nutrimental, indicó la investigadora Teresa Siliceo.