Defendió que los connacionales pagaran sus delitos en cárceles mexicanas
Luego de la fuga de El Chapo cambió la política de envío de narcos a prisiones extranjeras
Viernes 2 de octubre de 2015, p. 10
Como titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam se convirtió en uno de los más férreos defensores de que México cambiara su política de acercamiento con las agencias estadunidenses y también creía que los delincuentes debían cumplir primero sus condenas en territorio nacional y luego entregados a otras naciones que los reclamaran. Por esa razón negó en dos ocasiones la posibilidad de detención con fines de extradición en el caso de Joaquín Guzmán Loera, revelaron integrantes del Gabinete de Seguridad Nacional.
Tras la fuga del líder del cártel de Sinaloa del penal de máxima seguridad de Almoloya se ha cambiado la política mexicana relacionada con extradiciones de integrantes de grupos criminales, principalmente dedicados al tráfico de drogas, explicaron las fuentes consultadas.
Tras la salida de Murillo Karam de la PGR y la llegada de Arely Gómez al cargo, se agilizaron través de la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales, los procesos de extradición, los trámites ante los jueces y los acuerdos con la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Durante la gestión de Jesús Murillo Karam sí hubo extradiciones o entrega de presuntos delincuentes buscados por autoridades estadunidenses, a grado tal que superaron los 100 casos, pero no de personas identificadas como líderes de organizaciones criminales, como fue el caso de Guzmán Loera tras su captura o de los 13 que el miércoles fueron puestos a disposición de agencias de Estados Unidos.
Las fuentes consultadas mencionaron que en la gestión de Arely Gómez se han reactivado muchos de los procesos de intercambio de información y colaboración con agencias estadunidenses, aunque no se ha llegado al caso de que los agentes de ese país estén presentes en los interrogatorios o participen en las diligencias que realiza la PGR.
Durante la gestión del presidente Felipe Calderón, en una sola acción se enviaron a Estados Unidos 120 personas buscadas por Washington, entre ellos varios líderes del narcotráfico en México, como Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, y Osiel Cárdenas Guillén, el primero líder del cártel de los hermanos Beltrán Leyva y el segundo, jefe del cártel del Golfo.