El ataque los muestra como son: pura expresión de odio e ignorancia
, lanzó Irina Bokova
El domingo pasado el EI dinamitó la edificación del siglo II
El organismo reiteró su lucha contra el tráfico ilícito de objetos culturales
Se actuará para que los autores sean juzgados y castigados en cooperación con la Corte Penal Internacional
, subrayó la directora del organismo
Martes 6 de octubre de 2015, p. 4
París/Damasco.
La directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), Irina Bokova, condenó ayer la destrucción del Arco de Triunfo de la ciudad siria de Palmira, patrimonio mundial de la humanidad, por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Esta nueva destrucción muestra hasta qué punto los extremistas están asustados por la historia y la cultura, porque (...) desacreditan todos los pretextos empleados para justificar sus crímenes y los enseña como son: una pura expresión de odio y de ignorancia
, dijo en un comunicado.
No habrá impunidad para los criminales de guerra
y se hará todo lo posible para que los autores de esas destrucciones sean juzgados y castigados en estrecha cooperación con la Corte Penal Internacional
, aseguró.
A pesar de su ensañamiento criminal, los extremistas jamás conseguirán borrar la historia, ni acallar la memoria de este lugar, que encarna la unidad y la identidad del pueblo sirio
, según la directora de la Unesco.
Considerados objeto de idolatría
La destrucción, el domingo pasado, del Arco de Triunfo a manos del EI fue confirmada ayer por el director general de Antigüedades y Museos, Maamoun Abdulkarim. La edificación databa de la era del emperador Septimio Severo (193-211 dC) y se situaba a la entrada de la célebre calle de columnatas del recinto histórico.
El grupo yihadista ya destruyó algunas de las joyas arqueológicas de Palmira, como sus célebres torres funerarias, los templos de Bel y Baalshamin y la estatua del León de Atenea. El EI considera como objetos de idolatría las obras religiosas preislámicas, principalmente las estatuas.
Palmira encarna en su piedra todo lo que odian los extremistas: la diversidad cultural, el diálogo de las civilizaciones, el encuentro entre pueblos de todos los orígenes en esa ciudad caravanera entre Europa y Asia
, aseguró Bokova.
La Unesco reafirma su determinación de seguir protegiendo lo que puede ser salvado, por una lucha sin cuartel contra el tráfico ilícito de objetos culturales, la documentación y la puesta en relación de miles de expertos, en Siria y en todo el mundo, que se preocupan por la transmisión de este patrimonio
, añadió.
El arco era una de las obras más valiosas que atesoraba esta histórica ciudad ubicada 223 kilómetros al noreste de esta capital, y declarada patrimonio de la humanidad en 1980 por la Unesco.
El Arco del Triunfo permitía el paso a la gran avenida de las columnatas, una de las joyas que atesora Palmira, conocida como La novia del desierto.
Parece que una maldición ha caído sobre esta ciudad y espero sólo noticias que van a preocuparnos aún más. Si Palmira se mantiene en sus manos, la ciudad está condenada
, subrayó Abdulkarim.
El pasado 6 de septiembre se supo que los extremistas del grupo EI cavaron túneles bajo el histórico arco y colocaron cargas explosivas, en un nuevo intento por continuar destruyendo el patrimonio cultural universal de esta zona.
Dos días antes, los grupos takfiristas que mantienen ocupada la ciudad de Palmira desde mayo último destruyeron tres importantes torres funerarias de alto valor arqueológico.
Las torres destruidas corresponden a las célebres tumbas de Elahbel, Jamblique y Khitot, las cuales simbolizaban el desarrollo económico de la ciudad en los primeros siglos de nuestra era
.
El 30 de agosto, los extremistas armados dinamitaron y destruyeron las ruinas del templo Bel, monumento milenario, con mil 983 años de historia.
El templo de Bel era una antigua construcción de piedra que databa del año 32 del siglo I y estaba consagrado al dios semita Bel.
Sigue la crónica de destrozos
También fue destruido el 24 de agosto el templo de Baalshamin, otra joya arquitectónica de casi 2 mil años, después de dinamitarla con gran cantidad explosivos.
Este santuario, uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo, fue construido en el año 17 del siglo I, y sobrevivió a numerosos invasores y ocupantes.
Otros monumentos destrozados por el EI fueron el mausoleo dedicado a Mohammad Ben Alí, descendiente de la familia del profeta Alí Ben Abi Taleb, demolido por una explosión, y la estatua de la diosa Al-lat, una de las piezas arqueológicas más importantes que se preservaban en Palmira, y que fue destruida a martillazos.
“Es la destrucción sin sentido –dijo Abdulkarim–; sus actos de venganza no son ideológicos, ya que ahora están explotando edificios sin ningún significado religioso”, añadió.
Los extremistas sunitas imponen una violenta interpretación de la ley islámica en los territorios que controlan, asegurando que estos lugares antiguos promueven la idolatría, y justifican su destrucción como parte de su purga al paganismo. Sin embargo, se cree que venden antigüedades saqueadas, lo que les aporta importantes cantidades de dinero en efectivo.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, confirmó que el EI voló el arco, pero dejó las columnatas en pie.
Un activista de la oposición que utiliza el nombre de Jaled al Homsi publicó también en Twitter a última hora del domingo que los insurgentes habían destruido el arco. Al Homsi es sobrino de Jaled al Asaad, el experto en antigüedades de 81 años que fue responsable durante años de los monumentos de la ciudad y que, según familiares y testigos, fue decapitado por miembros del EI en agosto.