Campo-ciudad: presencia desigual de pobreza y estratificación social
Mayor incidencia e intensidad de la pobreza rural, pero la urbana predomina
n las dos entregas previas (25/9/15 y 2/10/15) y en la del 24/7/15, he analizado algunas características de la pobreza y la estratificación social actuales en México. El análisis lo he hecho a nivel nacional y por entidad federativa. Ahora abordo la distinción campo-ciudad. México es un país predominantemente urbano en términos demográficos. Más de tres cuartas partes de la población (76.8 por ciento) vive en localidades mayores a 2 mil 500 habitantes a las que se denomina urbanas. En el medio rural (localidades de menos de 2 mil 500 habitantes) vive menos de la cuarta parte (23.8 por ciento) (cuadro 1). Mientras casi toda la población (95.6 por ciento) del medio rural es pobre, en el medio urbano la proporción es 79.8 por ciento (cuadro 2). Las diferencias también se aprecian en la estructura interna de los pobres. En el medio rural más de la mitad de la población (55 por ciento) se encuentran en la indigencia (situación en la que no se cumplen ni siquiera la mitad de las normas para no ser pobres), y el estrato de pobreza más pequeño es el de pobreza moderada (18 por ciento). En el medio urbano, en cambio, el estrato (no agrupado) de pobreza con más población es el de pobreza moderada (57 por ciento de la población) y la indigencia el más pequeño (cuadro 2). Los contrastes en términos de no pobreza son muy agudos. La proporción de la población no pobre en el medio urbano (20.2 por ciento) es casi cinco veces la del medio rural (4.4 por ciento). En términos de la presencia de clase alta el contraste es de casi 10 veces.
Visualizando la estructura social en su conjunto, si simplificamos los estratos básicos a sólo tres: indigencia, pobres no indigentes y no pobres, y expresamos los porcentajes sin decimales, las estructuras o pirámides sociales de ambos medios contrastan de la siguiente manera: la urbana se caracteriza por 23-57-20, y la rural por 55-41-4 (cuadro 2). Mientras en el medio urbano predomina de manera absoluta la pobreza no indigente (57 por ciento) y los dos estratos extremos son casi iguales (23 por ciento indigentes y 20 por ciento no pobres), en el medio rural el estrato predominante es la indigencia (55 por ciento), seguida por la pobreza no indigente (41 por ciento) y por los no pobres (4 por ciento). Volviendo al cuadro 1, vemos que, a pesar de los mayores porcentajes de población rural en los estratos de más aguda pobreza y de su mayor presencia en el conjunto de la pobreza, el carácter urbano del país se impone, de forma que incluso la indigencia se constituye en un fenómeno predominantemente urbano en el sentido que 58 por ciento de la población en condiciones de indigencia vive en ciudades. A medida que ascendemos en la escala social, los porcentajes que viven en las ciudades crecen, representando más de 80 por ciento para la pobreza moderada y la no indigente. En todos los estratos de no pobres (y en el total de la categoría) representan más de 90 por ciento.
Como expliqué en la entrega anterior (2/10/15), los contrastes de la estructura de la pobreza se sintetizan mediante los indicadores de Intensidad de la pobreza (I), que expresa, en promedio para cada estrato de pobreza o para el conjunto de los pobres, qué tan lejos se encuentran del cumplimiento de las normas; del de incidencia equivalente (HI) que combina la incidencia de la pobreza (proporción de pobres en la población total), H, con su intensidad media (I) y que, por ello, le he llamado incidencia equivalente. Ahora añado un tercer indicador al que llamo pobreza equivalente, que combina el número absoluto de pobres (q) con su intensidad media (I): qI. El cuadro 3 presenta, comparativamente, los resultados de I, HI y qI entre los medios urbano y rural, por estratos de pobreza en 2014. Los cálculos del cuadro 3 resaltan la enorme diferencia en los niveles de pobreza entre el medio urbano y el rural. Son cálculos basados en el MMIP. La intensidad media de la pobreza en el medio rural (0.5101) indica que el pobre promedio del medio rural es indigente y está sustancialmente por arriba (1.4 veces) de la I media urbana que es de 0.3731, indicando que el pobre medio urbano se ubica en la pobreza intensa. Esto se explica no sólo por la mayor dominancia de los estratos de pobreza más severos en el medio rural; también contribuye, como puede verse en el cuadro 3, el hecho de que la I de cada estrato es mayor en el medio rural que en el urbano (por ejemplo: 0.6495 vs 0.5968 en la indigencia). La incidencia equivalente (HI), puesto que combina la proporción de pobres con su intensidad media, es el mejor indicador para ordenar grupos de hogares de mayor a menor pobreza. Se puede ver como la masa carencial per cápita (incluye a toda la población pues HI =(qI)/n). La distancia de HI entre el medio urbano y el rural es muy grande: 0.4877 vs 0.2976. El tercer indicador, qI se expresa en millones porque es el resultado de multiplicar el número de pobres, q, por I, que es un número siempre menor que la unidad. Expresa la masa carencial total de un grupo de personas. En nuestro caso todas las personas pobres urbanas y todas las personas pobres rurales. Sorprende que la masa carencial urbana sea del doble que la masa carencial rural, pero debemos recordar que la población urbana es 3.3 veces mayor que la rural. El universo que hoy he manejado como población urbana es heterogéneo, pues incluye desde pequeños poblados de poco más de 2 mil 500 habitantes hasta ciudades con muchos millones. Veremos en próxima entrega que, al dividir la población urbana en dos grupos (localidades urbanas de menos de 100 mil personas e iguales o mayores a este monto), los contrastes de pobreza y estratificación social conforman tres grupos claramente diversos y que los contrastes entre el medio rural y el medio urbano metropolitano son mucho más agudos que el hoy visto. También veremos cómo han evolucionado estas diferencias.