La muerte y la violencia constantes nos han desensibilizado y es el arte lo que nos ayuda a recuperar un poco de humanidad, dice la pintora mexicana Magali Ávila, quien expone Moradas sublimes en el Centro Cultural del México Contemporáneo, a unas cuadras del Zócalo de la ciudad de México.

El país está convertido en un estado de guerra total y es un momento muy difícil. A través de lo que hago, como artista, me interesa llegar a los lados personales, a las fibras sensibles del humano. Sensibilizarnos y tener un poco más de calidad humana. Nos hemos desensibilizado muchísimo ante las muertes y la violencia constantes que ocurren, eso es muy triste, no poder ver el sufrimiento tan intenso en el que está viviendo este país. Mi labor es sensibilizar un poco a quienes vengan a ver mi trabajo, expresa en entrevista.

Instalaciones y pinturas

Ávila nació en la ciudad de México en 1970 y se inició en el arte desde muy pequeña, interesada tanto en la pintura como en la música y las artes visuales, hasta llegar a la danza contemporánea para regresar después a la pintura. Han sido muchos altibajos, estuve viviendo en España una temporada y estudié diferentes cursos para poder elaborar y desarrollar trabajos más tridimensionales, más de instalación, que es lo que se ve en esta exposición. Fue exteriorizar un poco la necesidad creativa y de pintura y plástica.

En Moradas sublimes se encuentran 14 obras, pinturas realizadas con la técnica de óleo, que le han permitido descubrir y experimentar no sólo con esos materiales, sino con la instalación: la obra número 15 de esta exposición es precisamente una pieza que combina música y luz, que realizó en colaboración con el músico Orlando Méndez. Esta instalación se encuentra detrás de la cortina negra, al lado derecho de la sala, y se titula Vacuidad/Ubicuidad.

La muestra permanecerá hasta el 25 de octubreFoto Roberto García Ortiz

La exhibición se llama Moradas sublimes porque hablo de mundos interiores, atmósferas, sensaciones; propongo al visitante ver cómo a través del arte regresamos a nuestros orígenes. Nos conecta directamente con nuestra parte más humana y sensible, que disfrute la exposición, que sienta ese movimiento que te da la pintura, esa sensación de la abstracción, porque es en ella donde puedes profundizar más y ver la vida desde otras perspectivas. Que quien asista disfrute y sienta la atmósfera; es más como un cuestionamiento interno. Quiero tocar las emociones directamente, sin entrar en términos demasiado conceptuales, más al mundo sensorial, ya que de repente todo lo queremos convertir en ideas, así es como somos, pero que no se cuestione mucho.

Se trata de transmitir ciertas vivencias y emociones, por eso concluye con la instalación donde puedo utilizar más medios, como el sonido y el video, pero también se trata de llevar al límite los materiales que utiliza para sus cuadros, algunos de ellos dípticos y otros trípticos.

Moradas sublimes permanecerá hasta el 25 de octubre en el Centro Cultural del México Contemporáneo (Leandro Valle número 20, en el Centro Histórico). El horario es de martes a domingo de 10 a 18 horas.