Guanajuato, Gto.

Una gran barba canosa, con bigote y candado, así como dos huecos a cada lado de la boca, destaca entre los 12 textiles que Trine Ellitsgaard (Copenhage, 1954) presenta con el título Entretejidos, en la galería de la Universidad de Guanajuato, dentro del 43 Festival Internacional Cervantino.

La barba en cuestión es nada menos que una especie de retrato de Francisco Toledo. La pieza Barba, de bambú y rayón, mide 92 por 110 centímetros, y fue hecha con mucho cariño, asegura Ellitsgaard.

Alguna que otra pieza, como Reflexiones sobre Chamula, realizada con lana e hilo reflejante, fue incluida en la exposición que la artista tuvo el año pasado en la galería Myl, en la ciudad de México. Otras fueron incluidas en una muestra celebrada hace unos meses en el Museo Belber Jiménez, en Oaxaca, inspiradas en cuatro piezas de la colección permanente del recinto, integrada por textiles, joyería, sombreros, canastas, hasta tapetes navajos.

Ellitsgaard ha empleado una gran variedad de materiales en sus textiles. Respecto de aquellas en que emplea fieltro, señala que se trata de fieltro elaborado a mano, contrario al industrial, que se pinta; es empleado en el taller del Centro de las Artes de San Agustín.

De allí que tiene una consistencia más suave, y cuando se borda, por ejemplo, con plata, se puede meter el hilo. Trine vio esta técnica en un libro sobre Mongolia, lugar donde se trabaja mucho ese textil.

Hay piezas de hilo de papel con nailon en diferentes técnicas. Otra está bordada con punto de cruz, motivo que a la entrevistada le gusta mucho.

–¿Siente que en algún momento su trabajo dio un vuelco, o el cambio se ha dado poco a poco?

–Poco a poquito se aprenden cosas nuevas. Veo algo que me fascina, investigo y luego quiero probarlo con mis materiales y mi diseño. Al trabajar con otros artistas también se siente inspiración. Me gusta cambiar todo el tiempo, hacer otras cosas nuevas.

En cuanto a su empleo, por ejemplo de papel, Ellitsgaard explica que la lana que encuentro en Oaxaca no es de tan buena calidad, es un poco mate y triste. De casualidad tenía papel para otro proyecto.

–¿Qué tanto hay de danés y de mexicano en su obra?

–Tal vez para otras personas se ve más danés. Uno piensa que lo mexicano son muchos colores, pero no ves ninguno aquí. Pero muchos diseños, como éste (señala uno de los textiles), es uno que encontré en una blusa de Guatemala y, como me gustó mucho el dibujo, lo hice de dos metros. La pieza en azul también es de una silla de caballos que estaba bordada en pita. También me gustó mucho el dibujo y lo amplié. Los colores no son muy mexicanos.

Para René Bustamante, antropólogo y curador de Entretejidos, la realidad que Trine transmite es muy sutil, mínima, quizás ella misma se sorprenda por esa capacidad de encontrar la esencia de sus materiales, de transmitir ese secreto mediante colores, formas y texturas, donde lo humano se mezcla suavemente y entra en conflicto con lo vegetal.