Entre 40 y 50 por ciento de la población adulta del país no utiliza los mecanismos financieros formales para el ahorro o crédito por desconocimiento de los servicios que ofrecen las entidades reguladas. Eso se traduce en mayores tasas de interés, inseguridad en el manejo de los recursos y, en el caso de las empresas, en baja productividad y pocas oportunidades de crecimiento.

Así se dio a conocer en el arranque de la octava Semana Nacional de Educación Financiera, convocada por la Comisión Nacional para la Protección de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), donde el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Fernando Aportela Rodríguez, anunció que a partir de este año el sistema educativo nacional impartirá, como parte del plan de estudios, educación financiera para los alumnos.

La decisión responde a que la educación financiera va pegada con hacer uso de los mecanismos formales del sector financiero, lo cual tiene beneficios en términos de crecimiento y recaudación. Al tener mejor conocimiento del sector financiero, usar las herramientas formales de crédito, ahorro, inversión, seguros, cuentas para el retiro, se genera mayor solidez en el entorno económico de las familias, que genera círculos virtuosos y al final promueve formalidad, crecimiento y mayor bienestar general. Esos beneficios se potencian por la forma en que se interrelaciona el sistema financiero con todas las actividades de la economía, dijo.

En la Semana Nacional de Educación Financiera el presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Luis Robles Miaja, señaló que la informalidad financiera todavía afecta a buena cantidad de mexicanos, y puso de ejemplo a Oaxaca y otros estados del país. Puntualizó que los cálculos de la informalidad pueden ser de entre 40 y 50 por ciento de la economía, lo cual es grave, porque informalidad es sinónimo de poca productividad, que es uno de los graves problemas del país.

Por eso, añadió, el uso eficiente del sistema financiero formal tiene un impacto directo en el progreso económico de las personas y en su desarrollo en todas las etapas de la vida. Son públicos los casos en los que las personas han depositado sus recursos en instituciones que carecen de un seguro de depósito o que captan recursos ilegalmente, con lo cual se pierden los ahorros de toda una vida.

Una adecuada educación financiera hubiera evitado situaciones de esta naturaleza y que los ahorradores pusieran en riesgo sus recursos, a la par que les hubiera permitido invertir en los mejores instrumentos. También es evidente que utilizar el crédito de manera eficiente y responsable representa un impulso al bienestar de las familias y al ahorro para el retiro, sostuvo.

Según el banquero, la decisión de no utilizar los canales del sistema formal de pagos es una de las causas de la baja productividad en muchos sectores de la economía. Está comprobado estadísticamente que personas que han tomado cursos de educación financiera ahorran 11 por ciento más respecto de otras, y que la pérdida esperada de créditos que se les han otorgado disminuye 1.8 por ciento, lo que permite reducir la tasa de interés. De hecho, hay bancos que hoy establecen un diferencial de precios en función de si el deudor correspondiente toma o no un curso de educación financiera, es decir, a los que toman un curso les ofrecen una tasa más baja, destacó.

El presidente de la Condusef, Mario Di Costanzo, ratificó que más de la mitad de los adultos utilizan mecanismos no formales para su ahorro o incluso para obtener un crédito. Esto no sólo tiene su costo en la tasa de interés, sino en la transparencia y en la eficacia a la que se enfrentan. Hemos venido trabajando con las entidades financieras para generar mayor transparencia y claridad, así como más certidumbre jurídica para los usuarios del crédito formal, dijo.