Una tercera parte de la carne que se consume en México se procesa en rastros con certificación tipo inspección federal (TIF), lo cual significa que un médico veterinario verifica el estado de los animales antes y después de su muerte, el faenado se realiza en forma aérea (no en el suelo) y se utiliza agua potable en su manejo, entre otras acciones.

La certificación está a cargo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y su titular, Mikel Arriola, resaltó que hace 10 años, cuando se inició el proyecto de modernización de los rastros municipales, sólo 5 por ciento de los rastros era TIF.

Indicó que cada año el personal de Cofepris supervisa alrededor de 200 rastros, de los cuales 58 han sido suspendidos en los pasados tres años, porque se encontraron rastros de clembuterol en el ganado y malas prácticas de higiene en los establecimientos.

Avance en laboratorios para detectar clembuterol

El funcionario inauguró ayer en Puebla la Reunión Nacional de Rastros 2015, en la que resaltó la importancia de fortalecer las acciones para evitar riesgos sanitarios en el manejo de la carne durante el sacrificio y el faenado. Señaló que este mercado tiene un valor anual de 160 mil millones de pesos.

Otras medidas que deben cumplir los rastros para garantizar la calidad son, además de las mencionadas, la separación de vísceras y la capacitación del personal sobre buenas prácticas de higiene en su trabajo.

Arriola también destacó que con la finalidad de verificar la calidad de la carne ya hay laboratorios en 21 estados de la República que realizan la prueba analítica del clembuterol en carne y se sumarán seis este año.