Miércoles 14 de octubre de 2015, p. 16
Las luchas de los pueblos lograrán la continuidad de los gobiernos posneoliberales de América Latina, como Argentina, Bolivia y Venezuela, los cuales, aun con limitaciones, representan la alternativa contra el imperialismo, señalaron expertos que la tarde del lunes participaron en el foro América Latina ante la crisis mundial: ¿fin del ciclo progresista o nuevos desafíos?
Reconocieron la importancia que tuvo Hugo Chávez como presidente de Venezuela para que en la región despegara la corriente de países que han hecho valer sus políticas, casi siempre contra la hegemonía estadunidense.
Por lo mismo, la muerte del venezolano fue un golpe muy duro
, señaló Guillermo Gigliani, profesor universitario en Buenos Aires y vicepresidente de la Sociedad de Economía para América Latina. Ha sido más difícil superar la ausencia de Chávez por la carencia de vanguardias políticas, partidos políticos que peleen por nuevas sociedades y promuevan la defensa de los trabajadores
.
De todas maneras, auguró, los gobiernos nacionalistas van a continuar con el apoyo de los trabajadores.
Ofensiva de la derecha
En el foro organizado por Casa Lamm y La Jornada también participó Arturo Guillén, profesor de la unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien advirtió que aunque los gobiernos progresistas lograron separarse del llamado consenso de Washington
no han alcanzado el socialismo porque la burguesía se mantiene en esos países y hay una ofensiva de la derecha para frenarlos.
A ello se agrega la situación económica, la devaluación de las monedas frente al dólar, el descenso en los precios del petróleo, la fuga de capitales, entre otros factores. El especialista señaló que los gobiernos progresistas tampoco han logrado cambiar sus sistemas productivos hacia la industrialización, que a su vez traiga el crecimiento de sus economías.
Luis Arizmendi, director de la Revista Mundo Siglo XXI, del Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del Instituto Politécnico Nacional, resaltó la situación de México, de los pocos en la región que durante más de tres décadas ha seguido al pie de la letra los dictados de Estados Unidos
y hoy es ejemplo, entre otros, de la dependencia alimentaria y de las peores condiciones laborales para los trabajadores frente a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.