El cardenal Norberto Rivera Carrera aseguró que los obispos, arzobispos y cardenales que participan en el sínodo de la familia en el Vaticano quieren que en el encuentro se tome un acuerdo respecto a los divorciados vueltos a casar.

Dijo que todos estamos de acuerdo en (la necesidad de) una mayor cercanía, mayor comprensión hacia estas personas, pero muchas veces el cómo no lo tenemos claro, y añadió: ojalá ahora descubramos senderos para estar cerca de la diversidad de personas que tienen otras tendencias, porque lo merecen.

Señaló que es una obligación de la Iglesia salir al encuentro de esas personas que están viviendo en una situación diferente, difícil, y no por eso no están llamados a la santidad. Están en medio de esa situación especial y muchas veces en realidades irreversibles, porque ya constituyeron otra familia, y ni modo de que la Iglesia les pida que se separen.

En una entrevista con Vatican Insider, la cual fue reproducida por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, el cardenal reconoció que el tema de los divorciados vueltos a casar es controvertido.

Tema polémico

“Es un asunto que todavía no se trata a profundidad en este sínodo porque aún no hemos llegado a la tercera parte del instrumentum laboris. Esperemos que Dios nos ilumine para conocer caminos para con estas personas. Todos estamos diciendo que seamos misericordiosos, que debemos darles su lugar a ellos, miembros de nuestra Iglesia, y que nunca han sido excomulgados”.

Aparte, y en el contexto del 19 Congreso Internacional de la Familia, que comienza hoy viernes en la ciudad de México, Ignacio Socías, director de relaciones internacionales de la Federación Internacional para el Desarrollo de la Familia (IFFD, por sus siglas en inglés), llamó a los gobiernos a adoptar perspectivas de familia para apoyar y fortalecer a ese núcleo que es fundamental para el desarrollo de las sociedades.

Llamamos a los gobiernos a que apoyen a las familias con leyes y políticas que permitan su desarrollo y fortalecimiento, pero aclaró que no se trata de dar a las familias lo que no necesitan; no estamos pidiendo un tratamiento de privilegio, pero sí un reconocimiento de esa aportación social que hacen en los ámbitos económico, profesional y social.