Historias épicas de la medicina: demonios, pócimas, enfermedades y curaciones que alguna vez fueron mortales, escrito por el doctor Eduardo Monteverde, editado por el Fondo de Cultura Económica, no es un libro fácil, es complicado y al mismo tiempo de gran riqueza y capacidad de delirio, considera Paco Ignacio Taibo II.

Durante la presentación del volumen, la tarde del jueves en el contexto de la 15 Feria Internacional del Libro en el Zócalo, el escritor explicó que el trabajo del también patólogo y profesor universitario “tiene dos grandes nudos: el primero ofrece un gran debate entre pensamiento racional y pensamiento mágico, con historias que describen las pequeñas heroicidades de ciudadanos que curaban y trataban de construir una reflexión sobre la curación basada en ensayo y error, causa y efecto, contra un mundo dominado por las tinieblas.

“El segundo nudo abarca los siglos XVII y XVIII. Ahí, Eduardo se vuelve una enciclopedia ambulante y relaciona fenómenos como desarrollos técnico-político-militares con los de la medicina. La exploración nos lleva a historias fascinantes, como la de un médico que carga un barco de niños infectados de viruela, o historias de piratas, o de médicos londinenses ladrones de cadáveres.

“Lo anterior desemboca en dos relatos, uno es la antihistoria épica de la medicina: un capítulo dedicado al doctor que asesina a Belisario Domínguez y que actúa como el hombre duro, ministro de Gobernación, del gobierno de Victoriano Huerta.

El gas de la Alemania nazi

El último capítulo es un contrapunto entre un investigador judío en Alemania que indaga los mecanismos de la respiración y, en paralelo, el surgimiento de la Alemania nazi y la medicina controlada por ese régimen, la especulación médica, la barbarie y, simultáneamente, la creación del gas que asesina al inhibir el proceso de respiración. Este último capítulo es la síntesis del libro, la gran épica.

El autor resaltó que este ejemplar sería presentado por su colega Rolf Mainers, quien falleció justo hace un mes, pero “fue reprimido, porque se le negó el tratamiento y lo tuvo que pagar de su bolsa, no tenía dinero. Su viuda, Marta Mandujano, hoy no tiene pensión. Mainers es un personaje que está fuera de la docencia de la historia de la medicina, no se le menciona. En los cursos de historia de la medicina se exalta a fascistas eugenésicos que promueven la raza superior, como los cómplices de Porfirio Díaz en la construcción del hospital general.

Rolf iba a estar aquí y no estuvo porque murió; además, abandonado por el mismo gremio que habla de las humanidades médicas, las cuales, como digo en este libro, son una farsa. Ser humanista de la medicina no significa ser decente; hay muchos médicos canallas, entre ellos los que abandonaron a Rolf.

El doctor Mainers fue uno de los principales dirigentes del movimiento médico de 1964 cuando él, sus colegas y enfermeras organizaban marchas para exigir mejoras laborales y salariales. Fueron reprimidos por la policía que ingresó incluso a los centros de salud, además de haber despidos en masa. Era la época del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Mainers y algunos de sus compañeros fueron capturados y recluidos en la cárcel de Lecumberri. Liberado en 1972, se dedicó a su profesión y a dirigir varios hospitales de la ciudad de México, además de dar clases durante más de tres décadas en la Universidad Autónoma Metropolitana.

En Historias épicas de la medicina, puntualizó Taibo II, hay desde canciones de marineros, hasta una especulación sobre Hipatia, la primera gran feminista del mundo antiguo. “Se trata de una lectura que ilumina con su inmensa cantidad de información, un libro abrepuertas, que lleva a otros y hace más preguntas que ofrecer respuestas, lo cual que nos va conectando con otros lugares.

“El libro de Monteverde se va a enfrentar a los desprecios de las burocracias médicas y dictatoriales, pero dentro de 30 años le dirán al autor: ‘maestro, ¡qué excelente libro escribió usted!”