Una cancha de futbol de la colonia Progresista, en la delegación Venustiano Carranza, se convirtió poco a poco en un tiradero de basura y cascajo. Los vecinos decidieron rescatarla, ya que está enclavada en una de las zonas más marginadas de la demarcación, con alta incidencia delictiva y de adicciones entre los jóvenes.

Los colonos indicaron que desde 2014 se aprobó el rescate de este espacio como parte de las obras del presupuesto participativo para este ejercicio fiscal, pero a unos meses de concluir el año no hay interés de las autoridades delegacionales en ejecutar el proyecto.

Alfonso Gordillo, del comité ciudadano, indicó que el año pasado el gobierno delegacional promovió en la consulta ciudadana la adquisición de camiones de basura, lo que logró en casi 60 por ciento de las colonias de la demarcación, pero en este caso los pobladores optaron por contar con el espacio recreativo.

Indicó que todos los deportivos de la demarcación están concesionados. En 2012, las autoridades hicieron el rescate de camellones y pusieron algunas canchas, pero también las privatizaron, como sucedió en la avenida Zaragoza, junto a la estación del Metro, en lo que se conoce como parque Azteca.

Esta situación, agregó, ha provocado que si las familias no tienen dinero, como es el caso de la gran mayoría en esta zona, niños ni jóvenes tienen acceso a ningún deporte.

Norma Escalona del Valle, quien impulsó la recuperación de la cancha, ubicada en Eje 1 Norte y la calle Chiclera, explicó que esta colonia y las aledañas como Azteca, Revolución, Tres Mosqueteros, Ampliación Venustiano Carranza, 20 de Noviembre y 7 de Julio, que se encuentran atrás del Palacio de Lecumberri, se caracterizan por la pobreza de sus habitantes y su alto índice delincuencial.

Aseguró que ese punto es un foco rojo, en el que nadie pasa después de la seis de la tarde. Hemos sabido de varios asaltos y hasta de un intento de secuestro, del que se presentó una denuncia, comentó.

En el interior de este sitio, que se encuentra bardeado, se observan montículos de desechos de material de construcción, mientras que al costado de uno de sus accesos se levanta una montaña de basura, llantas y desperdicios de todo tipo.

En vísperas de la consulta en la que se definirán las obras del presupuesto participativo del próximo año, la comunidad está desalentada sobre este ejercicio. Cuando andamos haciendo la promoción, la gente nos dice que para qué participamos si no se hace nada, y tienen razón, señaló Gordillo.

El Instituto Electoral saca publicidad y alienta con mensajes, pero mientras no se hagan cambios en la ley y se obligue a las delegaciones a hacer los proyectos, es un gasto inútil, consideró, al destacar que han acudido a la demarcación, donde les han indicado que no tiene para cuándo la obra, porque no tienen presupuesto.