Domingo 18 de octubre de 2015, p. a16
Una de las cuestiones más importantes acerca del estudio y de la producción de arte es, sin duda, el proceso de autonomización de la creación intelectual y artística, cada vez más proclives a liberar su producción de toda servidumbre externa como las censuras morales, de los programas estéticos de la Iglesia, académicos y de los encargos del poder político. De esta manera, el arte ha dejado de ser un simple objeto de manipulación propagandística.
Para Bourdieu la necesidad del arte se ha convertido en un imperativo social, debido a que a estas alturas es un producto de la misma historia colectiva que se deposita en los cuerpos y en las cosas, con toda su carga histórica y emocional. Además de que este desarrollo histórico ha venido acompañado por una acumulación de saberes, competencias, técnicas y procedimientos que lo hacen innegable e irreversible.
El interés que suscita el estudio y la práctica del arte se debe a que es una manera de aprehender el mundo; es decir, que el artista mismo, su forma y su estilo, son marcas infalibles del dominio que tiene de su arte, de los sentidos, y de interpretar la sociedad dentro de su campo de acción.
En uno de estos 11 artículos que forman el libro, los cuales permanecían inéditos en español hasta ahora, Bourdieu analiza una cuestión esencial: saber si el arte, sobre todo el contemporáneo, puede enseñarse. Cuestión que no ha sido resuelta hasta ahora, es un problema en verdad difícil, que se agudiza por el hecho, dice el teórico, de que las escuelas de bellas artes son sede de un academicismo antiacadémico, de un academicismo de la transgresión
. El arte contemporáneo apuesta a la exploración y no a la conclusión, ahí lo sugerente de su hacer.
El problema se agudiza cuando notamos que la legibilidad de una obra contemporánea varía según la relación que los creadores mantienen –en una época dada, en una sociedad dada–, con el código exigido por las obras de la época precedente, vínculo que es en sí mismo función del nexo que el artista o, mejor, la fracción de los artistas e incluso que los intelectuales tienen con el resto de la sociedad, y en particular con las otras fracciones de las clases dominantes, es decir, con los consumidores, con sus gustos y demandas.
Ante esta complejidad, Bourdieu afirma que son los artistas, de entre todos los productores de bienes simbólicos, quienes más han avanzado en el sentido de la reflexión sobre su práctica. Analiza que el campo de arte es como un juego complejo que no ha sido inventado por nadie, que ha emergido poco a poco, de manera muy lenta. Y esta categoría de los objetos producidos por el hombre reclama ser percibida según una intención estética, es decir, en su forma más que en su función. Sin olvidar también que la aprehensión y apreciación de la obra dependen de la intención del espectador, de su experiencia y de su formación artística.
De esta manera notaremos que a lo largo de la historia del arte la conquista de la supremacía de la forma sobre la función es la expresión más específica de la autonomía del artista y de su pretensión de detentar e imponer los principios de una legitimidad estética. Por tanto, la objetivación de la crítica que apunte a explicitar el objetivo inscrito en la obra está llamado a jugar un papel determinante en todo este proceso.
Título: El sentido social del gusto: elementos para una sociología de la cultura
Autor: Pierre Bourdieu
Editorial: Siglo XXI
Páginas: 282
Las otras batallas
Buena parte de la literatura de Steiner condensa atmósferas de pasividad, ambientes tranquilos que serán modificados por la actitud conflictiva de los personajes. Es una técnica muy bien empleada por este escritor, quien sabe aprovecharla como un silencio musical para darle impulso interno al relato.
Con insidiosa alevosía, Steiner crea personajes fuertes y ásperos en apariencia, reflexivos a partir de momentos concretos, pero al acecho está el oprobio, lleno de fobias y cobardías acumuladas desde la infancia que romperá esos moldes, dispuesto a salir en cualquier momento en busca de venganza o como una reacción natural de instinto de sobrevivencia. Relatos literarios donde conoceremos secuelas sicológicas y algunos secretos sexuales de personajes que combatieron en la guerra. Seremos partícipes de aquellos sucesos íntimos y personales de los sujetos.
Título: Anno domini y otras parábolas
Autor: George Steiner
Editorial: FCE
Páginas: 312
Malestar histórico-intelectual
En 1933, Huxley realizó un recorrido por el Caribe, Centroamérica y parte de México. Durante el trayecto, se percató de que el arte de los mayas era menos sensual que el hindú, debido a que la forma femenina nunca aparece
en la ornamentación de, por ejemplo, algunos templos. Y guiado por sus observaciones, comienza a conjeturar y a comparar diferentes culturas, a unas las ensalza y a otras las denuesta por el simple hecho de parecerles menos sensuales, incluso para él son inferiores.
Lo más interesante de este libro es el antiprólogo de Hernán Lara Zavala, en el que califica de miopía y de mala fe las anotaciones del explorador. Libro que a más de un lector le provocará malestar intelectual.
Título: Más allá del Golfo de México
Autor: Aldous Huxley
Editorial: FCE
Páginas: 326
Texto: José Rivera Guadarrama