El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) decidió aumentar en 20 por ciento el número de plazas de médicos residentes, con énfasis en medicina familiar y como parte de la estrategia para fortalecer la atención de primer contacto, con la que debe prevenirse o curarse la mayoría de las enfermedades, así como sus complicaciones.

De los casi siete mil espacios disponibles cada año para la formación de especialistas en las instituciones del sector salud, más de la mitad corresponden a unidades del Seguro Social, afirmó Germán Fajardo Dolci, titular de la Unidad de Educación, Investigación y Políticas de Salud del organismo.

A partir de marzo del próximo año, cuando se inicie el ciclo escolar 2016-2017, se incorporarán alrededor de 700 médicos al Seguro Social, la mitad para tomar la especialidad de medicina familiar y el resto distribuido en diferentes áreas.

También comentó que con el propósito de cubrir los espacios que cada año dejan alrededor de 2 mil especialistas que alcanzan su derecho a la jubilación, el IMSS también ha optado por contratar a la mayoría de los galenos que en el mismo periodo concluyen su formación.

En tanto, Sebastián García, director de Calidad y Educación en Salud, señaló que reorientar las plazas de especialistas es complejo y tomará tiempo, aunque ya se está realizando en algunas áreas, pues se requieren más cardiólogos, endocrinólogos y siquiatras, entre otros.

Advirtió que más allá de pensar en un número de expertos faltantes –porque más no significa que sea mejor– debe observarse la necesidad con base en el perfil epidemiológico nacional (la carga de enfermedad) y su distribución en el territorio.

Coincidió con el estudio que emprendieron la Academia Nacional de Medicina (ANM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sobre la situación de las residencias médicas en México y en la creciente demanda de servicios para el tratamiento de males crónicos que requieren el acompañamiento para los pacientes a lo largo de la vida. Médicos entrenados en esas áreas son los que necesita el país, dijo, y los colocó en la categoría de médicos generalistas, en la que entran los de primer contacto (familiares), pediatras, geriatras e internistas.

Sobre la asignación inercial de las plazas de residencias médicas, señaló que en algunas áreas debe ser así porque se requiere, como los gineco obstetras y pediatras. Hay muchos y deben seguirse formando porque en el país se dan más de dos millones de nacimientos. Los hospitales no pueden prescindir de estos expertos, pues de lo contrario se pondría en riesgo la atención a los pacientes.

En un futuro será distinto por el cambio demográfico, pues se requerirán más geriatras para atender a la creciente población de adultos mayores, aunque también hay otro reto para el sistema de salud, pues en algunas áreas no hay suficientes espacios ni profesores que puedan dar ese entrenamiento. Por eso es un tema complejo.

García comentó que en el examen nacional de residencias médicas que se realizó el pasado septiembre participaron 34 mil 900 aspirantes y se asignaron 7 mil 500 plazas, más 314 para médicos provenientes del extranjero.