Miércoles 21 de octubre de 2015, p. 37
Al rendir su informe final de las elecciones realizadas en la ciudad de México el pasado 7 de junio, la jefa de la misión de observadores de la Organización de Estados Americano (OEA), Laura Chinchilla, aseguró que esas votaciones fueron ejemplares
y dejó como testigo a Dios de que hicieron bien su trabajo.
En un acto realizado en el Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, la ex presidenta de Costa Rica detalló ante los consejeros del Instituto Electoral del Distrito Federal que esa contienda se caracterizó por haberse desarrollado en un ambiente pacífico, con mucho orden y participación
.
Requirió seis minutos para afirmar que no hubo interrupciones injustificadas
de la emisión del voto ni incidentes de violencia u osbtrucción electoral
. Respecto de las quejas y denuncias públicas que se dieron el día de las votaciones, como compra de voto, entrega de tarjetas, despensas y otros bienes, afirmó que no recibieron nada
.
En entrevista posterior, reconoció que la misión de la OEA sólo vigiló 157 casillas –1.2 por ciento– de las 12 mil 700 instaladas en esa jornada dominical. Sin embargo, aseguró que no hay ninguna otra fiscalización más grande que las que tiene la OEA
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–¿Y quién fiscalizó que la OEA haya hecho bien su trabajo?
–De ahí sólo Dios sabría. Después de la OEA, solamente sería Dios.