Integrantes de organizaciones sociales hablaron ayer de las diferentes formas de discriminación que existen en México, al presentar una red académica que investigará el racismo y la xenofobia.

Marcelina Bautista, líder de empleadas del hogar, deploró el clasismo con que son tratadas; Sergio Peñaloza Pérez, presidente de México Negro, señaló los estigmas de que son objeto los afromexicanos y explicó: dicen que no servimos para la escuela, pero sí para el baile.

En el país nadie ha estado exento de excluir y el Estado mexicano niega el racismo, sostuvo el encargado de despacho del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Daniel Ponce Vázquez, en la inauguración de la Red Integra, en acto celebrado en la Torre de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En la presentación de la Red Integra, que es financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la abogada indígena Flora Gutiérrez Gutiérrez habló de la falta de traductores de lenguas originarias en los juicios penales; aseguró que los inculpados no saben ni de qué los acusan y por esa razón prefieren negar su pertenencia a una etnia y decir que fueron violados sus derechos para no retrasar más su libertad.

Peñaloza Pérez indicó que una consecuencia de la discriminación contra los afromexicanos ha sido enfrentar el deseo de blanqueamiento para contraponer una carga histórica de segregación, y algunos creen que tener hijos con indígenas o mestizos es una forma de mejorar racialmente.

Sostuvo que viven al margen de las instituciones de salud, y se atienden en simulacros de hospitales. Lo mismo ocurre con las escuelas, agregó, y sin educación de calidad que nos ayude a tener mejor empleo, nuestro nivel de vida tampoco puede mejorar.

Las trabajadoras domésticas, manifestó Marcelina Bautista, hemos sido discriminadas por las familias que nos contratan, a pesar de que se trata de una labor primordial para ellas.