Con respaldo de todos los grupos parlamentarios, el Senado aprobó ayer la desindexación del salario mínimo, con lo cual dejará de ser la unidad de referencia para créditos, derechos, pagos de hipotecas y multas. Asimismo, la remuneración ya no se determinará conforme a la inflación anual.

Los senadores realizaron cambios a los artículos 26, 41 y 123 de la Constitución para desvincular el salario mínimo como unidad de cuenta, índice, base, medida o referencia en pago de obligaciones o supuestos que se establecen en leyes federales y estatales.

También modificaron artículos transitorios para precisar que el valor inicial diario de la unidad de medida y actualización (UMA), que se utilizará como medida de referencia para el pago de obligaciones –que se indican en 150 leyes–, a la fecha de entrada en vigor del decreto, será equivalente al que tenga el salario mínimo vigente. La minuta fue devuelta con cambios a la Cámara de Diputados.

Otra de las modificaciones que hizo el Senado a la colegisladora es que el Congreso deberá emitir la legislación reglamentaria para determinar el valor de la UMA, dentro de un plazo que no excederá 120 días naturales a la fecha de publicación del decreto.

El senador panista Héctor Larios acusó en tribuna que la Secretaría de Hacienda, que fue la que elaboró la propuesta aprobada por los diputados, le interesa mucho que los derechos que se cobren, multas u otros, aumenten con respecto a la inflación y no como han crecido en los pasados 30 años, por debajo de ella.

Sería, apuntó, un error garrafal aumentar anualmente el pago de derechos, multas y otros, de acuerdo con el índice inflacionario. “Sería como decir ‘convirtamos en Udis el pago de créditos, los derechos, las aportaciones a los partidos, las exenciones fiscales’. Nos opusimos a ello porque el espíritu de la reforma es fortalecer el ingreso de los trabajadores”.

En tribuna, los partidos Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática y Acción Nacional coincidieron, en sus diversas intervenciones, en que este es el primer paso, pero aún falta mucho para lograr la recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo que perdió durante 30 años.