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La cinta de Rodrigo Plá recibió aplausos en la 13 edición del festival de cine de Morelia

Devela Un monstruo de mil cabezas desidia e indiferencia de las corporaciones de seguros

Está contextualizada en un Estado fallido, que nos tiene indefensos y desamparados, afirma

Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 25 de octubre de 2015, p. 8

Morelia, Mich.

La primer película de ficción en competencia, Un monstruo de mil cabezas, de Rodrigo Plá, fue recibida con aplausos en el 13 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). El director, quien pidió que ya no lo llamaran uruguayo, dijo: La película habla de un quiebre emocional que vive el personaje principal, quien se enfrenta contra una gran institución corporativa. Está puesta en contexto de un Estado fallido, un Estado que no regula, que nos tiene indefensos y desamparados. Esa sensación de vulnerabilidad que tenemos cualquiera de nosotros, cualquier ciudadano.

Un monstruo de mil cabezas narra el periplo de Sonia Bonet, quien desesperada por extender la vida de su marido, se enfrenta a la indiferencia y desidia de la corporación de seguros médicos, así como a la manipulación y corrupción del sistema sanitario. En los roles protagónicos están: Jana Raluy, Marisol Centeno, Emilio Echevarría y Sebastián Aguirre Boëda. El guión es de Laura Santullo y la fotografía corrió a cargo de Odei Zabaleta.

Plá, quien desde los nueve años vive en México, manifestó: Evidentemente estamos muy emocionados porque es la primera vez que la presentamos en nuestro país y es conmovedor. Luego explicó: Esta es una película que surge a partir de la novela homónima de Laura Santullo y que decidimos adaptar al cine conservando el mismo recurso de la novela; pero como está narrada en primera persona pensamos que si lo hacíamos únicamente desde el punto de vista del personaje principal inmediatamente íbamos a tener una opinión manifiesta de parte nuestra; inmediatamente íbamos a sentir empatía y nada más por eso le agragamos la multiplicidad de puntos de vista, de contarla desde otros ángulos y perspectivas para encontrar un equilibrio en la película.

Salpicadas futboleras

Sobre las intermitentes salpicadas de elementos futboleros en Un monstruo de mil cabezas, Plá mencionó: La situación que viven nuestros personajes es muy dramática, el futbol lo colocamos para darle una temporalidad, habla de la cotidianidad, del tiempo que pasa, pero nos ayuda para darle un marco de tiempo. Incluso lo ponemos al final de los créditos porque habla del juez injusto, que habla de un arranque... porque aunque en la película nosotros ponemos de ejemplo el desdén de una aseguradora privada, podemos trasladarla a muchas situaciones semejantes donde uno sólo es un número en las diversas burocracias. Es una sensación de impotencia llevada al extremo, pero que también es cuestionable porque nadie saca una pistola para solucionar las cosas, pero cuando el Estado no regula, se dan situaciones violentas.

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El director británico Peter Greenaway a su paso por la alfombra roja de la 13 edición del Festival Internacional de Cine de MoreliaFoto Iván Sánchez

Por su parte, a Santullo se le preguntó la diferencia que tuvo al hacer el guión de su propia novela: Me estaba costando escribirlo, pero como también hago narrativa surgió la posibilidad primero de hacer la novela que me permitiera encontrar los motores de los personajes y estructurar la trama. Para eso la novela nos sirvió, para organizar el material. Cuando llegamos al guión nosotros tenemos la perspectiva de que es algo que está vivo y se transforma a lo largo del proceso, así que sentimos que lo pudimos ir modificando para no estresarnos a pesar de que viniera de mi novela. Así que Rodrigo y yo pudimos ir transformándolo, retomando cosas e improvisaciones que nos sugirieron los actores.

A la respuesta de Santullo, Plá agregó: La propia novela nos permitió implementar una metodología de trabajo diferente a otras ocasiones. Cuando filmamos, en primera instancia, les dábamos a los actores sus líneas en prosa para darle un espacio creativo al otro y que también pudiera imaginar y vincular la historia con aspectos de su vida y de sus experiencias. Por supuesto existía el guión y queríamos llegar a ciertos diálogos, pero lo hacíamos mediante un camino sinuoso para que se apropiaran de los personajes. Claro, dejando la puerta abierta para el guión, o sea, lo íbamos modificando, incorporábamos propuestas de lo actores, del fotógrafo.

Para hoy en competencia ficción se proyectará Sopladoras de hojas, de Alejandro Iglesias.