La alta demanda de atención en hospitales públicos y la necesidad de dar salida a unas mujeres para recibir a otras lleva a los médicos a optar por una operación cesárea en lugar de esperar el parto natural. En parte por esta causa, en promedio 47 por ciento de nacimientos en el país se dan mediante esa cirugía, lo que triplica la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de que cuando mucho esta práctica debería alcanzar 15 por ciento, afirmó Ricardo García Cavazos, director del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud (Ssa).

Indicó que en 2016 estarán disponibles 10 millones de pesos para los estados que soliciten la contratación de parteras o enfermeras perinatales, quienes pueden mejorar la atención del embarazo y parto y reducir la tasa de mortalidad materna.

Así se ha demostrado en países como Chile, donde la participación del médico ginecobstetra se da al final y sólo en casos complicados. En la mayoría no es necesario, comentó Ana Langer, directora del Grupo de Trabajo sobre Salud Materna de la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

El alto número de operaciones cesáreas es motivo de preocupación para los expertos dados los riesgos para la salud, pues se trata de una cirugía mayor. De hecho, García Cavazos reconoció que más de 30 mil mujeres sufren secuelas graves.

Ambos especialistas participaron la semana pasada en la presentación del Grupo Intersectorial para el Impulso de la Partería en México, el cual lleva un año trabajando y ahora se enfocará en las prioridades, entre ellas la colocación en hospitales del país de parteras calificadas y enfermeras perinatales, así como en la capacitación de este personal y de las parteras tradicionales.

También forman parte del grupo el Fondo de Población de Naciones Unidas, el Posgrado de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) y el Comité Promotor por una Maternida Segura.

García Cavazos señaló que existe un registro de 16 mil parteras tradicionales, de las cuales 9 mil están activas en las comunidades. A ellas se dirigen acciones como la distribución de más de mil 500 maletines cada año.

En el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) se logró el reconocimiento en la Ley General de Salud de la figura de la partera como colaboradora del sistema nacional de salud. Se dijo en ese momento que se les incorporaría a clínicas y hospitales para mejorar la calidad de la atención a la mujer embarazada.

Hasta ahora sólo existen 25 contratos de este tipo de personal en Guerrero, Chihuahua, Veracruz y Morelos, detalló García Cavazos. Reconoció que hasta ahora no se ha logrado vencer las resistencias de los médicos para aceptar la colaboración de las parteras. Está en los programas, pero llevarlo a la práctica es distinto, admitió en entrevista.

Ahí es donde tenemos que trabajar, así como en tener espacios específicos en los hospitales para que las parteras y enfermeras obstetras y perinatales, que actualmente están desaprovechadas, atiendan los alumbramientos. Cada año egresan 20 de estas profesionistas de la ENEO, pero las instituciones no las contratan con esa categoría.

García Cavazos recordó que en el Hospital Belisario Domínguez impulsó la participación de las enfermeras y parteras y funcionó. Incluso algún día que los ginecobstetras no llegaron a la guardia, ellas me ayudaron a sacar el trabajo.