Chilpancingo, Gro.

La desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014, es la mayor tragedia del estado, sostuvo ayer el priísta Héctor Astudillo Flores al rendir protesta como el gobernador número 83 de Guerrero. La tragedia de Iguala no podemos olvidarla, pero entre todos debemos trabajar para que nunca más ocurra un episodio como este, sostuvo más tarde en un mensaje a la población.

El político priísta sostuvo que Ayotzinapa reveló la complacencia entre las autoridades y las organizaciones criminales. Desestabilizó políticamente al estado y demostró las insuficiencias del poder público para evitar que ocurriese un drama y el dolor que viven las familias de los desaparecidos.

Ante el pleno del Congreso local –y posteriormente en un mensaje desde Acapulco–, insistió: El problema no radica en los que han manipulado el caso Iguala. Ayotzinapa es una herida abierta en la conciencia nacional que no sanará hasta que se encuentre la verdad. De ahí mi voluntad reiterada de colaborar como gobernante en todo lo necesario para que se castigue a los culpables. Recalcó: Con los jóvenes de Ayotzinapa, una expresión de mi parte: nunca más un caso así. No podría, por honor, pundonor y congruencia, dejar pasar por alto este terrible acontecimiento.

Anunció que creará una unidad integral para investigar casos de desaparición forzada, en la cual se incluirá “por supuesto, a los luchadores sociales.

Haremos nuestro el protocolo homologado del gobierno federal para la búsqueda y localización de personas desaparecidas; debemos reconocer que en Guerrero la atención a las violaciones a los derechos humanos ha sido insuficiente, precisó.

El mandatario explicó que recibió rezagos y deficiencias de la anterior administración. Guerrero está en quiebra técnica, pues gastamos más de lo que producimos, y “en los últimos años se gestó una práctica perversa de responder a la protesta social con dinero.

“Hay que reconocer que el gobierno vive una severa crisis económica, que ha crecido de manera burocrática. En mi última reunión de ayer (con el equipo de transición) se conoció la cifra de 18 mil millones de pesos, entre adeudos y gastos inadecuados, especialmente en las secretarías de Salud y Educación.

No seré omiso. Se aplicará la ley a quien haga uso indebido del patrimonio de los guerrerenses. En la transición no permitiré abusos de poder, privilegios ni acuerdos de última hora.

El gobernador sostuvo que todas las reformas estructurales promovidas por la Federación son importantes, sobre todo la educativa. No es posible que Guerrero tenga los más altos niveles de deserción del nivel medio superior. El reto es monumental.

Indicó que será respetuoso de los derechos laborales de los maestros del estado y los llamó a trabajar por una educación de mayor calidad y a participar en programas de capacitación a fin de hacer frente a la revolución tecnológica.

Aseguró que Guerrero ha sido asediado por inseguridad, violencia, analfabetismo, simulación educativa y la amenaza constante de estallido social. Los guerrerenses ya nos cansamos de enfrentamientos y confrontaciones, de luchas estériles y de vidas sacrificadas de manera innecesaria.

Astudillo adelantó que creará una nueva corporación estatal de seguridad pública e impulsará un proyecto estratégico de zonas productivas con Michoacán y Oaxaca, con las cuales buscará consolidar la carretera del Pacífico.

Ante el pleno del Congreso, recordó que la entidad ocupa el primer lugar en siembra de amapola y opio, así como en corrupción. El turismo dejó de ser la actividad preponderante.

Agradeció al presidente Enrique Peña Nieto su apoyo y le anunció: no vamos a fallarle.

Antes de la toma de protesta, Sebastián de la Rosa Peláez, en nombre de la bancada perredista, le dijo que cometería un error si gobierna con prácticas del pasado, y lo instó a esclarecer los hechos de Iguala.

La priísta Flor Añorve Ocampo sostuvo: Astudillo asume el cargo en un contexto desfavorable por el descontento social y por los hechos de Iguala.