El Museo Diego Rivera Anahuacalli aloja Ídolos frente a los altares, de Betsabeé Romero
Jueves 29 de octubre de 2015, p. 5
Por el Día de Muertos, en el Museo Diego Rivera Anahuacalli se puede visitar la exposición Ídolos frente a los altares.
Esa muestra reúne más de 60 trabajos de la artista Betsabeé Romero, distribuidos dentro y en el exterior del recinto, cuya arquitectura evoca una pirámide prehispánica.
La exhibición está dedicada a la migración, grave problema a escala mundial, al tiempo que interviene
algunas de las piezas originales prehispánicas que forman parte de la colección del museo.
Se trata, explicó Romero, de una especie de instalación-ofrenda contemporánea, la cual también integra trabajos artesanales tradicionales, como tapetes de aserrín, pan de muerto y grandes arcos de flores, que desde hace más de 50 años realizan para las ofrendas del Día de Muertos los habitantes de La Candelaria y San Pablo Tepetlapa, vecinos dedel museo.
Esta es la primera vez que se logra involucrar el trabajo de los habitantes de ambas comunidades en una propuesta artística, destacó Romero.
Uno de los elementos constantes en su producción es el reciclaje de llantas de automóviles. Durante el recorrido por la instalación, el visitante puede apreciar neumáticos intervenidos y resignificados de diferentes tamaños que aluden a la migración y a la cosmogonía prehispánica.
Hay dos figuras que siempre he trabajado en la resignificación del arte prehispánico: Quetzal-cóatl, la serpiente emplumada, y la muerte
, manifestó.
La serpiente emplumada se aprecia en los tapetes de aserrín, piezas que sirven de camino que conduce al visitante a la ofrenda tradicional, que como cada año es dedicada a Rivera, en esta ocasión fue instalada por la artista. Se exponen también cráneos de azúcar iluminados por dentro que remiten a los tzompantlis prehispánicos.
Piezas prehispánicas intervenidas
En el caso de la intervención
a las piezas originales prehispánicas, Romero colocó alrededor unos rayos de luz o halos, en referencia a los dioses que en la antigüedad se escondían detrás de los santos cristianos.
A diferencia de esa antigua veneración sincrética, en la que los indígenas escondían a su deidad detrás de una imagen cristiana, la idea ahora es poner en primer plano los ídolos antiguos, explicó la artista; de ahí el título de la exposición, Ídolos frente a los altares, el mismo del libro de la antropóloga y ensayista Anita Brenner.
Para Romero, aquella antigua adoración habla de la doble moral que heredamos de la Colonia en cuanto a nuestros valores religiosos. Como artista quise cambiar al primer plano los ídolos, intervención que gracias a las autoridades del museo se me permitió hacer
.
Las llantas, dijo, son muy emblemáticas en mi trabajo. Se resignifican y se convierten en el ojo de Tláloc, en un juego de pelota, en un altar o en el símbolo de un ciclo.
El visitante se va a encontrar, entre otras piezas, con neumáticos cuya iconografía es la de una familia corriendo, que es utilizada como señalización en la frontera del país con Estados Unidos la cual, según Betsabeé Romero, representa de una manera grosera e indignante que los automovilistas estadunidenses tengan cuidado de que vayan a dañar su carro, como si se tratara de reses que se cruzan en su camino
.
De manera paralela a la exposición, en el Anahuacalli se realizarán varias actividades del 31 de octubre al 2 de noviembre, de las 10 a las 19 horas.
Ídolos frente a los altares se puede visitar en el Museo Diego Rivera Anahuacalli (Museo 150, San Pablo Tepetlapa, Coyoacán).