Víctimas de tortura en el operativo policial de 2006 en San Salvador Atenco denunciaron que han sido hostigadas para declarar como testigos en juicios contra algunos presuntos culpables. No atestiguarán, pues es una trampa jurídica para que caigamos en contradicciones, señaló ayer Jorge Salinas Jardón en conferencia de prensa.

Integrante del sindicato de telefonistas, quien fue severamente golpeado, Salinas Jardón agregó que cuando fueron detenidos el 3 y 4 de mayo de aquel año, los policías estatales y federales les taparon el rostro para que no los pudieran identificar; además algunos agentes llevaban caretas. Entonces, si el juez nos pregunta si reconocemos a los inculpados, pues no, no pudimos verlos. De esa manera se lavarán las manos y los dejarán libres, aseveró.

Con órdenes de localización y presentación, agentes policiacos han acudido a sus domicilios para llevarlos al juzgado primero penal de Toluca, y les han advertido que si testifican contra sus compañeros, los vamos a chingar, afirmó el periodista Ken Lueders Monsiváis, quien junto con su hermano Dierk fue apresado mientras hacía la cobertura de los disturbios.

Luego del operativo que dejó dos muertos, mujeres violadas y cientos de heridos, seguimos siendo acosados e intimidados para que declaremos como testigos y no como víctimas de tortura.

Están simulando impartir justicia al juzgar a unos cuantos policías, añadió Heriberto Salas, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Los verdaderos culpables son, entre otros, el presidente Enrique Peña Nieto, que en ese entonces era gobernador del estado de México y ha admitido ser el responsable de ordenar ese brutal operativo, así como Vicente Fox y Eduardo Medina Mora, quien era el secretario de Seguridad Pública y ahora es un flamante ministro de la Suprema Corte, sostuvo.