El dirigente del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), Víctor Flores Morales, tiene actualmente la representación de sólo siete u ocho contratos de empresas privadas del sector. No obstante, aún sigue descontando cuotas sindicales a más de 30 mil jubilados, que le representan una derrama por un millón 200 mil pesos mensuales; además, logró que el actual gobierno financiara un fideicomiso de seguros de vida que quebró, y ha operado para que se archiven múltiples denuncias penales en su contra.

La organización que ha presentado la mayor parte de esas querellas, la Fraternidad de Ferrocarrileros Jubilados Mexicanos, señaló lo anterior y sostuvo que, además, Flores Morales y su comité ejecutivo cobran como jubilados altas pensiones de la extinta empresa ferrocarriles por 40 y 50 mil pesos mensuales y, a la vez, reciben sueldos como trabajadores activos, por lo que también se presentó la denuncia 1177DDF/2003, que quedó en el olvido.

Beneficios personales

Copias de las denuncias detallan que, a la extinción de la empresa, el dirigente y su comité operaron para obtener altas jubilaciones, que en 1999 eran de 18 mil pesos mensuales pero fueron aumentado cada año, y ahora ascienden a 40 o 50 mil pesos al mes. Además, sus amigos y personal del sindicato, que nunca fueron ferrocarrileros (casi 800 personas), fueron inscritos en fideicomiso 5012-6 Ferronales-Jub, y manipularon la asignación de pensiones fuera de norma.

Por estos hechos se presentó una denuncia en la Procuraduría General de la República, la cual quedó archivada desde 2007, pese a que se continuaron las impugnaciones. Mientras en el sindicato hicieron con las jubilaciones un desastre, un manto de corrupción y amiguismo, y sustrajeron millones de pesos, a los trabajadores les asignaron pensiones mínimas, de las cuales tienen que seguir pagando cuotas y seguros.

Pedro Montoro, dirigente de la fraternidad, asegura que a pesar de que los miembros del comité ejecutivo de Flores Morales tienen jubilaciones, siguen cobrando como activos, pues están en las nóminas de diversas empresas privadas con las que tienen la titularidad de los contratos.

Explicó que, adicionalmente, el sindicato detenta los ingresos por la administración de los bienes, pues rentan como salones de fiestas instalaciones de las 32 secciones gremiales, obtienen millonarios recursos del Teatro Ferrocarrilero, de los deportivos en Guadalajara, Monterrey y Pantaco, así como de un terreno en Xochimilco.

De la documentación que exhibe se desprende que en 2004 el dirigente desafilió del sindicato a más de 30 mil jubilados, pero les siguió cobrando cuotas; en 2011 los restituyó con el fin de legitimar este descuento. Este año, un tribunal laboral emitió un dictamen para que les regresaran las cuotas que les han descontado durante años y que ascienden a 600 millones de pesos, pero salieron en defensa de Flores Morales los directivos de Ferronales en liquidación, para señalar que van a agotar todos los recursos jurídicos para que no se devuelva este dinero, dijo Montoro.

De igual manera actuó el gobierno con el fideicomiso del seguro de vida. El sindicato lo quebró y luego le dieron una partida para que pudiera hacer frente a los pagos a deudos. Para ello le dieron otros 400 millones de pesos, pero nunca le exigieron a Víctor Flores que enfrentara su responsabilidad, planteó.

Al hacer un recuento de las denuncias contra el líder ferrocarrilero, resulta que hay: una por las jubilaciones, otra por las cuotas sindicales; una más por el seguro de vida y otra por malversación de los fondos. Sin embargo hay una inexplicable protección a Flores Morales, advirtió.