El Museo de San Carlos abrirá la exposición Sueños de inmortalidad
Ciento diecisiete piezas muestran en pose a personajes del siglo XIX
Se tenía la posibilidad de trascender, opina la directora del recinto
Jueves 5 de noviembre de 2015, p. 7
Hace más de un siglo los anhelos de modernidad de un país y las aspiraciones de una sociedad fueron impresas en pequeñas imágenes dibujadas con luz, gracias a la nueva tecnología que permitió fijar la figura humana casi como por arte de magia.
Sueños de inmortalidad es la exposición que el Museo Nacional de San Carlos dedica a las tarjetas de visita y retratos del siglo XIX, que abrirá al público el 11 de noviembre.
Con el nacimiento de la fotografía arribó una nueva forma de retrato: las tarjetas de visita. Consistían en series de pequeño formato, como una postal o de menor tamaño, donde se aparecía en la mejor pose, la mejor gala. Si la clase aristocrática se hacía pintar, la burguesía en ascenso acudía a los estudios fotográficos. La gran maravilla era que podía transportarse fácilmente y escribir dedicatorias.
En el recinto se resaltará cómo posaban esos personajes a partir de 117 piezas de la colección Ricardo B. Salinas Pliego, junto con pinturas del acervo del museo y mobiliario del Museo Nacional de Historia ubicado en el Castillo de Chapultepec.
Festival México
Las fotografías se centran en el periodo comprendido entre 1854 y 1895, cuando México era un país en ciernes, con aspiraciones de nación, luchas de reforma y liberalismo. Personajes como Benito Juárez, Maximiliano de Habsburgo y Porfirio Díaz marcaron el destino que se abría paso hacia el futuro.
La reflexión invita a un periodo con un ambiente propicio para ver cómo la influencia europea, con la llegada de la fotografía en México, escribe en el retrato un testimonio de lo que era un país y un modo de vida, explicó en conferencia de prensa Mercedes García Ocejo, directora de Fomento Cultural Grupo Salinas. Las piezas ofrecen un valor estético, testimonial e histórico, señaló.
Carmen Gaitán Rojo, directora del museo, afirmó que San Carlos, recinto del siglo XIX, es la casa ideal para recibir estas piezas que otorgan a los seres humanos un retrato y con ello la inmortalidad. Además de que las antiguas imágenes en blanco y negro van a dialogar con importantes piezas de retrato al óleo, gracias a Pelegrín Clavé, Salomé Pina o Eugenio Landesio.
La exposición, apuntó, se planteó para que el público comprenda el puente entre el retrato fotográfico y el pintado. Las personas empiezan a tener otra modalidad para adquirir económicamente la posibilidad de trascender y multiplicarse al infinito como es a través de una fotografía
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La muestra retoma la reflexión alrededor de las colecciones fotográficas en México y se inscribe en el Festival México, organizado por el Centro de la Imagen.