Ganar el Cervantes lo hace sentir anchísimo, como guajolote, dice en entrevista con La Jornada
los males de nuestro México
No esperemos a que en lugar de granitos de arena haya granitos de pólvora, alerta el narrador
Viernes 13 de noviembre de 2015, p. 6
Guadalajara, Jal.
Horas después de enterarse de que en abril próximo le será entregado el trigésimo Premio Cervantes de Literatura, Fernando del Paso Morente apareció en público sin los colores llamativos de trajes y calcetines con los que gusta salir de casa.
Ayer el ropaje multicolor se lo dio la designación hecha por el Ministerio de Cultura de España a propuesta de las academias de la Lengua Española e hispanoamericanas. Y el novelista lo describió en ese tono, al decir, en entrevista con La Jornada, cómo se sentía: Anchísimo, como guajolote
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Desde esa holgura, suplicó: A las autoridades de éste y todos los estados del país, comenzando por las autoridades federales, a comportarse de tal manera que acepten y combatan los males de nuestro México provocados por su ineptitud y su codicia
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Dijo, con estallidos cromáticos en su voz aún quebrantada por la convalecencia a una serie de infartos, que si los gobernantes no se conducen de esa manera, podría ocurrir un estallido violento en el país.
(Deben hacerlo) antes que a los 50 millones de pobres y empobrecidos, de desempleados que malviven con salarios mínimos de miseria, víctimas del crimen organizado, las extorsiones y la corrupción, se les ocurra recuperar a su sólida grandeza el Estado y territorio, ya no con granitos de arena, sino con granitos de pólvora.
Dedica el premio a su familia
Entristecido por la realidad de su país, pero orgulloso del premio que recibirá en la Universidad de Alcalá de Henares el 23 de abril de 2016, Del Paso estaba también muy feliz, sonriente en su traje de discreto verde a rayas sobre una camisa azul rey y corbata oscura.
Dedicó el Cervantes, el sexto en 30 años para un mexicano, a su esposa Socorro Gordillo y sus hijos Adriana, Paulina y Alejandro, con quienes proyecta acudir a España para recibir la presea y el estímulo de 125 mil euros.
Consideró que la entrega del prestigioso premio e reconocimiento a su obra muestra que España, a la que quiero tanto, le ocupa y se preocupa de lo que pasa en México
.
También afirmó sentirse orgulloso de formar parte del selecto grupo de mexicanos ganadores del Cervantes.
Refrendó que para él Palinuro de México sigue siendo la favorita de sus novelas, aunque también reconoció que Noticias del Imperio ha sido su obra mayor, en una vocación literaria que nació en su infancia al leer su primer libro, Las mil y una noches.
De El Quijote, de Miguel de Cervantes, dijo que la ha leído varias veces, la primera luego de robar en su juventud, de la biblioteca particular de un tío, un ejemplar sobre las andanzas del utópico caballero.
Recordó que escribió un ensayo, Viaje alrededor de El Quijote, publicado por el Fondo de Cultura Económica, en el cual plasma sus impresiones como lector de la obra considerada cumbre en la literatura hispana.
Fue esa misma biblioteca la que alimentó su espíritu lector inicial y la que lo llevaría a convertirse en un narrador que hoy, tras saberse ganador del Premio Cervantes, lo hizo contestar quizás
a la pregunta de si aspiraba a obtener el Nobel de Literatura.