La escultora Ángela Gurría (Distrito Federal, 1929) recibió la Medalla Bellas Artes por una trayectoria que destaca por su espíritu rebelde y carácter inquebrantable, expresó María Cristina García Cepeda, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

En la ceremonia efectuada en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la funcionaria dijo que Ángela Gurría, con 61 años de trayectoria, ha engrandecido el arte mexicano y es la última clásica y la primera contemporánea.

García Cepeda definió a Gurría como mujer extraordinaria y una de las más destacadas escultoras mexicanas del siglo XX; desde muy joven fue seducida por el sonido que producía el golpe del cincel sobre la piedra. En ese ritmo encontró su lenguaje y su manera de expresar ideas y pensamientos.

Fue la primera mujer en ingresar a la Academia de las Artes en 1973 y es considerada la dama de la escultura en México, donde encontró lo que Henri Matisse definió como espacio vibrante, donde una forma, un trazo o un volumen toman vida y transforman el entorno, agregó la titular del INBA.

Gurría también es un punto clave de referencia de la escultura del siglo XX en el país, por lo que le fue conferida la Medalla Bellas Artes, máxima distinción que otorga el INBA a sus creadores. Es un reconocimiento a su tesón y compromiso con su proceso creativo, y deja constancia de que su obra y las líneas sencillas y fascinantes de sus piezas son parte esencial del patrimonio artístico de México.

Magdalena Zavala, coordinadora de artes visuales del INBA, leyó un texto enviado por la artista Carmen Parra, donde dice: Gurría es defensora de la armonía y vive sumergida en las piedras de este fabuloso país desmemoriado. Al esculpir, Ángela Gurría saca el alma de las piedras y las convierte en obras de arte. Es una heroína de la materia y de los elementos.