En la evaluación de programas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señala que falta por definir el cambio que se pretende lograr, ampliar cobertura y tener claridad de la población objetivo.

En los exámenes del desempeño 2014-2015, señala que el Programa de Inclusión y Alfabetización Digital, que consiste en la entrega de tabletas a estudiantes de quinto año de primaria de los estados de México, Colima, Puebla, Sonora, Tabasco y el Distrito Federal, no está claro el cambio que se pretende generar en la población objetivo. No cuenta con documentos que establezcan claramente los criterios de selección de las entidades beneficiadas, apunta.

El programa, que se estableció en este sexenio, tampoco cuantifica adecuadamente las poblaciones potencial y objetivo, no hay indicadores que permitan conocer los niveles de aprendizaje de los alumnos beneficiados y recomienda construir indicadores de resultados que muestren posibles efectos del programa, de acuerdo con el fin que busca esta acción.

En cuanto al programa de Escuelas dignas, que se pretende mejorar la infraestructura escolar, el Coneval señala que en el periodo de análisis buscó atender de manera prioritaria a zonas indígenas, rurales y de alta marginación, y en dos años de operación logró construir una plataforma operativa funcional para mejorar la infraestructura de las escuelas públicas de nivel básico del país

Sin embargo, la cobertura llega a apenas a 15 por ciento de la población potencial, por lo que recomendó ampliar sustancialmente el presupuesto asignado. Destacó que no se han generado evaluaciones que contribuyan a reconocer los efectos del programa, por ejemplo, en la dignificación de las tareas del docente o en el desarrollo de los alumnos.

Apuntó que para el ejercicio 2016 se fusionará con el de escuelas de calidad, por lo que planteó que se debe mantener el objetivo de mejorar la infraestructura física de las instalaciones educativas de nivel básico, beneficiar a planteles asentados en zonas de un rezago económico y social y favorecer la participación de la comunidad educativa en las acciones de mejora desarrolladas.

Sobre el programa Escuelas de tiempo completo, cuya finalidad es contribuir a que los alumnos de planteles públicos de educación básica mejoren sus aprendizajes, indica que ha habido incremento sostenido de la cobertura, pero falta información sobre la focalización y la equidad en la participación de las escuelas.

Agrega que si bien la idea general que impulsa el programa es atendible, aún no se cuenta con evidencia sólida que muestre impactos positivos. Señala que aunque la lógica general del programa se considera adecuada, es necesario contar con mayor desarrollo del modelo pedagógico y de gestión de estas escuelas, algo que se ha señalado desde la evaluación de diseño en 2009.