Peñas Blancas, Costa Rica.

Unos 2 mil cubanos permanecían atrapados este lunes en un limbo migratorio en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, luego de que Managua les negó el paso en su camino hacia Estados Unidos.

Alrededor de la localidad fronteriza costarricense de Peñas Blancas los cubanos improvisaron sitios para descansar en parques, gimnasios y estacionamientos, en espera del permiso de Nicaragua para continuar su recorrido.

Usted ve que por todos partes están los cubanos. En cualquier lugar que usted mire hay un cubano tirado en el piso, afirmó este lunes Hiram Iser, cubano de la provincia oriental de Granma, de donde salió hace dos semanas en un vuelo a Quito, desde donde emprendió su viaje por tierra hacia Estados Unidos.

Iser lamentó la agresión que sufrieron sus compatriotas cuando intentaron traspasar la frontera a Nicaragua. Fueron repelidos violentamente por policías y militares, quienes usaron balas de goma y gases lacrimógenos para devolverlos a Costa Rica.

Aquí hay niños, embarazadas. Somos más de mil personas. Sería un crimen que nos obligaran a regresarnos, manifestó Iser, de 32 años.

Cubanos en Miami se manifestaron este lunes contra el maltrato padecido por sus compatriotas, mientras el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos condenó la represión contra los migrantes.

La presencia de los cubanos desencadenó un duro intercambio diplomático entre los dos países centroamericanos, luego de que Managua les negó el paso el domingo. Acusó a Costa Rica de violar su soberanía al autorizar el paso a los isleños.

La embajadora nicaragüense ante la Organización de Naciones Unidas, María Rubiales, declaró ayer que la decisión de San José de permitir el paso de los cubanos viola la soberanía de Nicaragua.

El canciller costarricense, Manuel González, dijo que envió a Nicaragua una enérgica protesta por lanzar el ejército a los cubanos.

Cerca de mil isleños se aglomeraron el jueves pasado en la frontera de Costa Rica con Panamá, y el número subió a mil 700 el fin de semana, según la directora de Migración costarricense, Kathya Rodríguez.

Sumados a otros isleños que se encontraban en Costa Rica, fueron cerca de 2 mil los migrantes que se trasladaron hacia la frontera con Nicaragua, luego de que San José les otorgó una visa temporal de una semana para que pudieran continuar su trayecto hacia Estados Unidos.

La televisión nicaragüense transmitió imágenes de los cubanos, muchos de ellos mujeres que cargaban en brazos a sus bebés y gritaban queremos salir, tras quedar entrampados entre las dos aduanas de esta localidad, 150 kilómetros al sur de Managua.

Los dos países centroamericanos mantienen una relación tirante desde que en 2010 Costa Rica acusó a Nicaragua de invadir el pequeño territorio limítrofe de Isla Portillo, mientras Managua culpó a San José de causar daños ambientales en el río fronterizo San Juan con la construcción de una carretera paralela al afluente.

Esos casos motivaron denuncias ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

La directora de Migración de Costa Rica indicó que los cubanos constituyen un flujo constante que crece todos los días en la frontera con Panamá.

Explicó que los migrantes de Cuba llegan en avión a Ecuador, donde no requieren visa para ingresar, y se trasladan por tierra a Colombia y en lancha hasta Panamá, donde continúan su recorrido por tierra hacia Estados Unidos.

Washington mantiene la política de dar residencia a los cubanos que pisan territorio estadunidense.

En meses recientes, tras la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, el paso de cubanos por Centroamérica en ruta hacia Estados Unidos se multiplicó, ante el temor de perder los privilegios migratorios en ese país.