Les niegan derecho a la salud y la seguridad, dice central sindical
Miércoles 18 de noviembre de 2015, p. 16
Más de 45 mil trabajadores agrícolas que laboran en forma temporal en Canadá enfrentan abusos laborales, condiciones deplorables de trabajo y violaciones a sus derechos humanos, además de estar impedidos de organizarse sindicalmente, denunció en conferencia de prensa el Sindicato de Trabajadores Unidos de la Alimentación y el Comercio (UFCW, por sus siglas en inglés).
Esta organización expuso que se ha generado una relación sumamente desigual entre las empresas agroindustriales de aquel país y los trabajadores migrantes, que en su mayor parte son mexicanos y que se han convertido en una fuerza laboral mayormente invisible, escondida en los centros agrícolas de todo Canadá, víctimas de la discriminación legislativa y reglamentaria de ese país que les niega los derechos básicos a la salud y la seguridad.
En conferencia de prensa en el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), Andrea Gálvez, enlace para México de la UFCW Canadá, y Mayela Blanco, coordinadora de incidencia política en México del Global Workers Justice Alliace (GWJA), hablaron sobre la situación de discriminación y maltrato que sufren connacionales que laboran en el campo en aquel país.
Indicaron que no obstante que los mexicanos son reclutados en el contexto del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT) esto no los pone a salvo de injusticias. Sobre todo porque no les garantiza el acceso a la salud, a la protección legal y social, ni se les respeta su derecho a la libre asociación.
Según expusieron, año con año son reclutadas miles de personas para estos empleos, pero las condiciones en que tienen no son óptimas. Esto es porque dichos jornaleros tienen que constreñirse a condiciones de vida y labores muy peligrosas, a realizar trabajo mal pagado y horas extras no remuneradas, a repatriaciones arbitrarias si no cumplen con todo lo que les imponen los patrones, y al no acceso a servicios de salud, por ejemplo.
Además, se encuentran atados a un empleador, sin opción de buscar otro si no les cumplen con los sueldos y condiciones que les prometieron, por ejemplo. Por ello, para la UFCW, en estos centros agrícolas muy a menudo se trata a los trabajadores agrícolas más como mercancías desechables, más que como seres humanos
, planteó Gálvez.
Mencionó que esta organización, junto con la Alianza de Trabajadores Agrícolas (AWA), ha establecido centros de apoyo para ellos en todo Canadá, los cuales han documentado sus condiciones de vida y trabajo y constatado que estas personas son más vulnerables, aceptan tareas de alto riesgo, por temor a quedarse sin empleo, mientras que sus derechos legales son casi inexistentes.
En la reunión de prensa en el Cencos, las ponentes expusieron que en provincias como Ontario, donde se encuentra el mayor número de estos migrantes, bajo la Ley de Relaciones Laborales, están excluidos de poder sindicalizarse y en la mayoría de las regiones del país, quedan fuera de las normas de empleo provinciales y estándares de seguridad. Por lo tanto, enfrentan en muchos casos condiciones de explotación y abuso, siendo que hacen una contribución importante a la producción agrícola canadiense.
Plantearon que para atender estos problemas es necesario establecer un sistema de permisos de trabajo transferibles; vigilar a los reclutadores; realizar inspecciones de salud, seguridad en las empresas; hacer que el pago de la vivienda sea obligatorio para las empresas y revisar la legislación para que estos jornaleros tengan los mismos derechos que los demás a afiliarse a un sindicato.