Otumba, Méx.

La celda-dormitorio ubicada en la parte superior de la iglesia de la Purísima Concepción, que habitó fray Francisco de Tembleque –constructor del acueducto que lleva su nombre, declarado patrimonio mundial de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura– fue remodelada para conservarla como uno de los sitios emblemáticos de la zona.

Según el libro El padre Tembleque, de Octaviano Valdés, el religioso, a través de su ventana, observaba a diario cómo los habitantes realizaban un gran esfuerzo para recolectar un poco de agua en los jagüeyes.

La mayoría de las veces sólo podían llevar a sus viviendas el líquido mezclado con el fango y así lo bebían.

Trabajos en la segunda etapa

Lázaro Frutis, arquitecto encargado de la restauración, señaló que la habitación tiene más de 400 años de historia y su importancia consiste en que fue ahí donde Francisco de Tembleque miraba a los nativos consumir el agua en condiciones insalubres y por eso surgió la idea de construir el acueducto.

Con inversión de 500 mil pesos, aportados por el gobierno municipal de Otumba, la sociedad civil y del Fondo de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Muebles de Propiedad Federal, por conducto del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, culminó la primera parte del rescate de esa habitación.

En esa fase los trabajos de restauración consistieron en proteger el papel tapiz, el cual es de importación, así como el piso de madera y las tarimas artísticas del techo, así como la puerta que da al balcón.

Frutis puntualizó que el rescate de esos monumentos es importante, debido a que se recupera la identidad de los habitantes de Otumba, que se sientan identificados con su historia, además de la relevancia social del acueducto para dotar de agua a la comunidad.

Explicó que en la segunda etapa se pintarán a mano las flores de lis del papel tapiz y se unificará la habitación, así como poner techumbre en el balcón.

Fray Francisco de Tembleque llegó a Otumba para evangelizar a los nativos, pero su labor fue reconocida como el español que pudo llevar agua la comunidad mediante la obra hidráulica más importante del virreinato.