En México se requiere aumentar la cobertura no sólo de medicamentos para el manejo del dolor, sino también para tratamientos de sustitución basados en sustancias opioides para tratar la adicción a drogas como la heroína, señaló María Elena Medina Mora Icaza, directora general del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.

Los medicamentos con base en morfina que se producen por intermediación de la Organización de Naciones Unidas de una manera barata tienen que llegar a los países pobres, no nada más a los ricos.

La experta indicó a La Jornada que 92 por ciento de la morfina disponible en el planeta la consume 17 por ciento de la población mundial, mientras el resto consume sólo 8 por ciento, lo cual debe cambiar, pues todos los pacientes tienen derecho a paliar el dolor y combatir ciertas adicciones de forma adecuada. Con más razón ahora que muchas condiciones están cambiando, por ejemplo la esperanza de vida, cuyo aumento hace más probable la existencia de más pacientes con enfermedades que requieren cuidados paliativos y también por el hecho de que se han incrementado las dependencias que requieren drogas de sustitución.

Todos los países en vías de desarrollo no tenían morfina disponible, y la que se produce bajo auspicios de Naciones Unidas se consume en los países ricos. Más de 90 por ciento de la producción mundial de morfina las consumen estos países y nuestros enfermos (los de los países en vías de desarrollo) no tienen acceso a tratamiento, y parte de ello tiene que ver con las regulaciones internas.

Medina Mora apuntó que una de las mayores barreras que han limitado el ingreso de esas sustancias es el miedo al daño, es decir, al desarrollo de dependencia entre los usuarios. Destacó que México ha aprendido de las malas experiencias de otras regiones, como Estados Unidos, por lo cual está en condiciones de dar el paso en esta materia y tomar las medidas preventivas adecuadas. Señaló que en cuanto a la disponibilidad de estos fármacos para tratar el dolor generado por enfermedades terminales, como diversos tipos de cánceres, se trabaja en ese sentido.

Estados Unidos llegó a un momento en que su principal problema de abuso de drogas eran los medicamentos que estaban dando no sólo para cuidados paliativos, sino también para tratar mejor el dolor (por ejemplo, los producidos por ciertas cirugías) de una manera poco controlada. De esa experiencia hemos aprendido para que no suceda, y eso es lo que estamos proponiendo que debemos probar.

Comentó que el Consejo de Salubridad General y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgo Sanitarios (Cofepris) han emprendido cambios para aumentar la disponibilidad de medicamentos contra el dolor.

“Como ahora se está normando cómo se van a vender estos medicamentos –sobre todo la morfina barata para que los enfermos que requieren cuidados paliativos tengan acceso al manejo del dolor– podríamos aprovechar esta apertura para hacer llegar drogas de sustitución –como metadona y buprenorfina– a los pacientes que están consumiendo heroína, que es una droga que se está incrementando en el país. La idea es que si se está dando la apertura –que este mismo tipo de medicamentos se van a vender en farmacias para manejo del dolor en cuidados paliativos– pudiéramos aprovechar esta infraestructura y aumentar la cobertura a tratamiento”, propuso.

Sobre este tema, el titular de la Cofepris, Mikel Arriola, señaló hace algunas semanas las medidas que se están tomando para aumentar el acceso a estos fármacos contra el dolor y se refirió en específico a la emisión electrónica de recetas.

Medina Mora resaltó que al haber estos cambios se deben intensificar las medidas de control para evitar nuevas dependencias a las sustancias. A nosotros como especialistas en adicciones lo que nos toca es cuidar que los hijos de esos pacientes no los utilicen. Hay prácticas de prescripción muy específicas para no desarrollar dependencia y para dar tratamiento a las personas que eventualmente puedan enfermar. Pensamos en medidas para recoger el medicamento o desecharlo adecuadamente. Todas las políticas tienen riesgo, ésta es una política magnífica, porque todos los enfermos deben tener derecho al medicamento y se está haciendo lo que se tiene que hacer. A nosotros nos toca apoyar a la gente que desarrolla problemas.