La ley prevé esa posibilidad, pero no existe la propuesta, asegura el director general
El instituto adeuda $3 mil millones por tiendas, farmacias, medicinas y servicios subrogados
En el área médica debe abatir el atraso tecnológico y realizar al menos mil 500 cirugías pendientes
Lunes 23 de noviembre de 2015, p. 43
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) está en marcha aunque con grandes desafíos, algunos añejos, como las carencias en la prestación de servicios de salud. En lo inmediato debe pagar deudas de 3 mil millones de pesos por la red de tiendas y farmacias, la compra de medicinas y la contratación de servicios subrogados. En el área médica debe abatir el rezago tecnológico, así como realizar entre mil 500 y 2 mil cirugías para pacientes que han esperado en promedio dos meses o más, reconoció en entrevista el director general del instituto, José Reyes Baeza Terrazas.
El funcionario señaló que el organismo atraviesa por una situación financiera compleja, como todas las instituciones
, pero está comprometido con mejorar su eficiencia en la administración y el uso de los recursos económicos. Hay áreas de oportunidad, sostuvo, a la vez que descartó la posibilidad de incrementar las cuotas de trabajadores y dependencias públicas.
La ley prevé esta posibilidad, pero es un tema que no está considerado por el momento, sostuvo el funcionario, quien llegó a la dirección del Issste el pasado 27 de agosto, luego del fallecimiento de Sebastián Lerdo de Tejada.
Baeza Terrazas, originario de Chihuahua, ha ocupado diversos cargos públicos, entre ellos los de vocal ejecutivo del Fovissste, diputado federal y gobernador de su estado natal.
A continuación, la conversación con La Jornada:
–¿Cómo encontró al Issste?
–Es una institución sólida, con grandes retos y desafíos, pero también con áreas de oportunidad. Atiende a casi 13 millones de mexicanos, entre ellos un millón de jubilados, que representan 20 por ciento del total en el país. Un gran reto es modernizar la infraestructura, que está avejentada: 80 por ciento de los equipos son obsoletos, aunque se invierte cada año para reconstruir, remozar, modernizar y ampliar instalaciones.
–¿Cuánto falta?
–Debemos marcar prioridades. En 2016 habrá cerca de mil 700 millones de pesos para mantenimiento y ampliaciones. Vamos a impulsar los esquemas de asociación público-privada (APP), aunque se haya cancelado el primer contrato para la renovación del Hospital General Gonzalo Castañeda. Es la manera de construir hospitales en el mediano plazo. De lo contrario, nos llevaría de 20 a 30 años, porque no tenemos dinero suficiente.
–¿Cuáles son las áreas de oportunidad?
–Mejorar indicadores en los servicios médicos: abatir el rezago quirúrgico, la dilación en citas médicas, mantener el abasto y surtimiento de medicamentos. Implica tener la estructura logística y administrativa que lo garantice.
Urge continuar con la capacitación de médicos, enfermeras y residentes, que haya una adecuada relación humana. Otra tarea pendiente es mejorar la atención de enfermedades no transmisibles que representan un altísimo costo, pero sobre todo deterioran la calidad de vida de las personas.
En cáncer cervicouterino hay buenas noticias: bajó 22 por ciento la mortalidad en cinco años, al pasar de 7.8 decesos por 100 mil habitantes a 6.2. En cáncer de mama falta mucho. En el Issste debemos tener más y mejores mastógrafos y médicos radiólogos certificados para la interpretación de los estudios. Se hacen muchas pruebas, pero estos expertos faltan en la mayoría de las unidades médicas.
–¿En diabetes?
–Está el programa Manejo Integral de Diabetes por Etapas (Mide), que los atiende. De 900 mil derechohabientes identificados con este padecimiento, 110 mil están en Mide. En poco más de un año, 45 por ciento logró control de sus niveles de glucosa, con base en resultados de laboratorio para hemoglobina glucosilada. Para 2018 todas las personas con diagnóstico de diabetes deberán estar en Mide.
–¿Cuál es el rezago en cirugías y consultas de especialidad?
–Para 2016 buscamos que la realización de una cirugía se dé en 21 días. Puede ser mucho o poco, pero ahora traemos un rezago de dos meses en promedio, y pueden ser tres o más. Los estándares señalan que un quirófano en un hospital regional o general debe utilizarse tres veces al día, en promedio. Acá tenemos que se usan sólo una vez.
Hace unos meses se inició un programa de incentivos para que los médicos operen los fines de semana. En la primera etapa se destinaron 20 millones de pesos y ya se han efectuado 300 cirugías que estaban en rezago. Hay entre mil 500 y 2 mil en la misma situación.
El programa de incentivos seguirá, pero nos vamos a asegurar de que los quirófanos funcionen, se utilicen tres veces diarias y no se lleven al fin de semana cirugías que se pueden resolver durante las jornadas ordinarias de trabajo.
Con las consultas de especialidad sucede algo parecido. Se van a fortalecer los consejos médicos para verificar la productividad de los galenos y que atiendan cuatro consultas cada hora, según recomendaciones de la dirección médica.
–Pero tiene el problema de la situación financiera del Issste, con cinco seguros que operan con déficit…
–La situación financiera es compleja, como en todas las instituciones. En el Presupuesto de Egresos 2016 se aprobaron para el Issste 230 mil millones de pesos, de los cuales cerca de 160 mil millones son para pensiones. Del resto, 55 mil millones son para el servicio médico. Tenemos que ser más eficientes, seguir con las compras consolidadas de medicamentos que este año generaron ahorros por casi mil millones de pesos.
–Pero hay déficit…
–El gobierno federal nos asigna para el pago de pensiones. Ahora que llegamos (en agosto) encontramos una presión de gasto (deudas) que vamos a solventar con ahorros y flujo del cierre del ejercicio. Son del Superissste, de servicios subrogados de diálisis y hemodiálisis y facturas de medicamentos por mil 200 millones de pesos.
En total, se deben 3 mil millones de pesos que cubriremos con ahorros y reasignación de remanentes de otras áreas, ya autorizados por la Secretaría de Hacienda.
–¿Una opción es aumentar las cuotas de trabajadores y dependencias de gobierno?
–De momento no. Lo contempla la ley, siempre es una posibilidad, pero no está considerado en este momento. No hay ninguna propuesta en ese sentido.
–Cómo van las tiendas y farmacias, Superissste?
–Sigue el plan para que de 300 tiendas sólo continúen 70, al menos una en cada estado, las más rentables y que estén en inmuebles propiedad del instituto. Ahora se deben alrededor de mil millones de pesos a proveedores.
–¿Cómo se siente un político al frente de una institución con tantos retos financieros?
–Estoy comprometido para poner mi mayor empeño y hacer una institución moderna, innovadora, más humana, así como a trabajar con objetivos claros.
Estamos trabajando en un plan para mejorar la eficiencia. Será como un tablero de control de cada programa con un mariscal de campo
, que se encargará de dar seguimiento y verificar que el trabajo se haga, como las cirugías en menos de 21 días. Al menos una vez a la semana serán evaluados todos por el director para garantizar que se cumpla.