Post CC15: entre el declive y el brillo musical
a sexta edición del Corona Capital 2015, llevada a cabo los días 21 y 22 de noviembre pasados en la curva 4 del autódromo Hermanos Rodríguez, será recordada como aquella en la cual este importante festival de rock y electrónica internacional perdió empuje y, por buscar mayor alcance comercial, perdió identidad y cohesión musical, lo cual actuó no sólo en contra de la cantidad de asistentes (70 mil en contra de 120 mil, por ejemplo, en 2012), sino de los mismos artistas, ya que varios de ellos, por su relevancia, merecían tener mejor lugar, mayor audiencia. A bandas como Pixies, The Libertines, Primal Scream, The Charlatans o Sleater-Kinney (de lo mejor del festival), por ejemplo, se les debió privilegiar en cuanto a horario, escenario y competencia. Pero, por el contrario, se dieron mejores condiciones a grupos amilanados como “el sobrevalorado e insoportable Muse (que además ya había tocado tres veces en el Palacio de los Deportes en la semana), Beirut, Mew, aunque también a figuras genuinas de la electrónica cercana al rock como Fatboy Slim, los cuales dividían al público y no ha-cían comprender (desde la venta de boletos) si era un festival de pop (Calvin Harris, Chromeo, Miami Horror, Kiesza, 21 Pilots, Halsey, por ejemplo) o de música menos complaciente. Si bien la carpa de electrónica alterna ofreció extraordinarios exponentes y quien gusta del rock es también afín a los beat, la indefinición conceptual actuó en detrimento de la emoción de otros años. La moraleja (que le funciona a otros festivales menos ambiciosos) es clara: sí funciona abarcar menos ámbitos sonoros, para apretar mejor.
Otra piedra grande en el zapato de este festival (consignado incluso por medios internacionales como Consequence of Sound, al que también le extraña http://bit.ly/21iAEwT) fue de nuevo la exclusión de bandas mexicanas, siendo que hay muchas similares en calidad e incluso mejores que varias abridoras (como los hipsterísimos Wild Nothing, The Griswold, Milo Greene, Alwways, DIIV o Circa Waves, por ejemplo, amados por la chamaquiza millennial). Ya ni hablar, como siempre, de los altísimos precios en bebidas y alimentos (se llegó a ver una hamburguesa en $160; todos mejor comiendo sólo bolsas de Doritos), otro de los cocos del encuentro. Puntos en favor: este año los cuatro escenarios estuvieron mucho más cerca entre sí (aplausos) y el sistema de autobuses del Injuve-DF fue más ordenado y seguro.
Las coronas del Capital
Por fortuna, los buenos músicos y una audiencia fiel, amante de la música, siempre rescatarán cualquier entorno adverso. Así, entre decepciones y sorpresas, esto fue lo mejor del Corona Capital 2015:
Sábado 21. The Libertines, por mucho, se llevó la jornada, en cuanto a comunión con la audiencia, sus himnos generacionales, su carisma. Liberté, égalité, fraternité!
, gritó Carl Barat, en honor a Francia, mientras Pete Doherty, en permanente estado tóxico, se emocionó y cantó dos veces (a capella al final, con el público) Music when the lights go out, agitando la bandera mexicana. La banda inglesa no había actuado tras su reunión en 2014 en Hyde Park, y sólo vino a América a esta actuación. No merecían enfrente al pop repetitivo de Muse de estorbo hacia el final, robándoles a miles de indecisos, ni a Beirut de competencia: si bien éste fue un acto muy bello, era a la misma hora que Libertines: pésima decisión. El as bajo la manga fue Run the Jewels, deslumbrante acto de hip hop aguerrido; el dueto de Atlanta exhortó a todos a gritar: Fuck Donald Trump!
Encantador momento retro ocurrió con The Psychedelic Furs, legendarios del post-punk. También destacaron: Ryan Adams (¡Hola! ¡Somos Muse!
, gritó burlón), Richard Aschcroft, Father John Misty, Benjamin Booker, Chairlift, Humans y SBCR.
Domingo 22. El infortunio del segundo día fue la encimadera de horarios cuando había bandas buenas, pero libre y sin competencia con el LuisMi de los diyéis: Calvin Harris (tache gigante). Con todo, Pixies se llevó la noche, como se vaticinaba, con un set muy para fans (ahora con la bajista Paz Lenchantin), lleno de temas inusuales, con una ejecución impecable, cánticos del público y slam sin fin. Gran brillo dieron también a la velada: Primal Scream (rocanroleando a lo Rolling Stones) y The Charlatans, de sepa Madchester: impecables. Lástima que los vio poca gente, opacados por Mew, que tuvo un sorpresivo gran recibimiento. Más errores: Primal… al mismo tiempo que el gran trío femenino Sleater-Kinney; aun así, hubo más público (el que esperaba a Pixies), con estas impecables ejecutantes. Otro dilema se dio ante el maravilloso Fatboy Slim, pinchando a la vez que Pixies; aun así, muchos lo eligieron y dio una espectacular sesión raver. Otros que destacaron: Spoon, Sohn, Tokimonsta, Brodinski.
Sin duda, los organizadores del Corona Capital tendrán que pensar muy bien su perfil musical para 2016, para evitar que el declive se torne aun mayor (conciertos de la semana: www.patipenaloza.blogspot.com).
Twitter: patipenaloza