Domingo 29 de noviembre de 2015, p. 8
Gijón.
El mexicano Arturo Ripstein ganó el premio al mejor director del Festival Internacional de Cine de Gijón por su película La calle de la amargura, mientras Celso García lo obtuvo en guión por La delgada línea amarilla.
La calle de la amargura abrió el pasado 20 de noviembre la 53 edición del festival de Gijón, en el norte de España, en lo que fue el estreno en este país de una película que ha recogido el elogio de la crítica en los festivales de Venecia y Toronto, basada en un hecho real ocurrido en México, en 2009.
La producción en blanco y negro, marcada por el característico lenguaje audiovisual de su director y con guión de Paz Alicia Garcíadiego, narra la muerte accidental de dos luchadores enanos a manos de prostitutas. Esta película, de coproducción hispano-mexicana, logró también el premio Gil Parrondo a la mejor dirección artística para Maisa Pecanins.
Dos premios para La delgada línea amarilla
El también mexicano Celso García ganó a mejor guión y el premio Especial del Jurado con La delgada línea amarilla.
El jurado del certamen, presidido por la actriz Assumpta Serna, destacó de García su sólida capacidad de síntesis narrativa y formal para contar una historia épica que relanza el concepto de comunidad, dignidad y esperanza.
La delgada línea amarilla está protagonizada por Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Silverio Palacios y constituye un espacio en el que el trayecto está subordinado a la línea, que lo construye y desconstruye en un viaje sicogeográfico, en el que el entorno afecta a las emociones y al comportamiento de los personajes.
El filme es el viaje de cinco hombres que son contratados para pintar la línea divisoria de una carretera que conecta dos pueblos de México. Cinco solitarios que, por azares del destino, se unen con el único propósito de ganar unos pesos, pero sin buscarlo, este viaje cambiará su manera de ver y entender la vida.